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viernes, 30 de julio de 2010

Ideólogos y Solitarios en la historia del Código Abierto

En el lenguaje común la palabra “individualismo” está algo devaluada: se la suele pegar al egoísmo, acaso a una propensión al consumo ligero, a los años '90 y a los neoliberalismos. En definitiva, en el lenguaje cotidiano se suele calificar de “individualista” a alguien al que le interesa poco o nada las causas colectivas.

Acaso por esa razón dudé en titular este texto como “Ideólogos e Individualistas en la historia del Código Abierto”. Pensé que tal vez estaría siendo injusto con muchas personas que no tienen nada de “individualistas” en el sentido silvestre del término que se mencionó arriba.

Sin embargo, el diccionario de la RAE no se ensaña con la palabra. Cito las dos acepciones, de su edición disponible en Internet www.rae.es:

Individualismo:

"1. m. Tendencia a pensar y obrar con independencia de los demás, o sin sujetarse a normas generales.

"2. m. Tendencia filosófica que defiende la autonomía y supremacía de los derechos del individuo frente a los de la sociedad y el Estado".

Como se puede, leer, en ambos casos se trata de definiciones “positivas”. Entonces, olvidemos por un momento el lenguaje silvestre, reteniendo estas dos definiciones.

Llevando estas definiciones al campo de la producción de objetos o conocimientos -de discursos y de “cosas”- queda claro que sin una cuota de este “individualismo” sería difícil la creación de productos y conocimientos nuevos y novedosos. La primera definición del diccionario hace foco en lo psicológico, en la voluntad de crear, de hacerse de criterios y de diferenciarse o rebelarse ante lo existente. La segunda hace foco en las relaciones entre la Sociedad y el individuo. Tema que preocupó, entre otros, a John Stuart Mill, acaso iniciador de esta tendencia filosófica.

La aparición de lo novedoso estaría seriamente comprometida si desde el punto de vista individual y “psicológico” si se quiere, el individuo no tuviera motivaciones para hacer o producir. Está claro que las motivaciones no se restringen al beneficio en dinero. Puede haber muchas otras.

Por otra parte, también “lo nuevo” en cualquier disciplina estaría limitado si un cierto poder, sea del Estado, una empresa monopólica u otro poder limitase los derechos de los individuos o restringiese el acceso a un cierto conocimiento o medios de producción.

En algo se emparenta esto a cómo iniciaron los grandes proyectos del Software Libre dos de sus principales actores: Richard Matthew Stallman y Linus Torvalds.

Stallman es considerado con justicia el padre del Soft de código abierto o como él mismo prefiere: “Libre”. Stallman se rebeló contra las normas de un mundo académico (en el Laboratorio de Inteligencia Artificial del MIT) que paulatinamente estaba asfixiando a la cultura hacker, de la que RMS es uno de sus más puros exponentes ¿De qué se trataba eso? De que actores de la industria comenzaron a presionar fuertemente para que las universidades se volcaran al uso de softwares y programas privativos, es decir, de código cerrado. Algoritmos en cajas negras, prácticamente inaccesibles y por tanto no abiertos al “hacking” auténtico: la modificación, el mejoramiento, la creación de nuevas aplicaciones a partir de lo previo, y mucho más. Ante esta tendencia, que se volvía hegemónica Stallman decidió abandonar el laboratorio.

En 1983 RMS anunción en Usenet el proyecto GNU, que procuraría la creación de un sistema operativo libre, es decir con su código abierto para uso y estudio. En 1985 Stallman funda la Free Software Foundation, organización destinada a llevar a cabo los objetivos del proyecto GNU.

Pero, entre la larga lista de grandes creaciones de Stallman, se destaca el hecho de ser el autor de la licencia que encendió todo eso: la GPL (Licencia Pública General), que es el documento legal que permitió el despegue de los proyectos de Código Abierto y Libres.

Cuando el relativamente pequeño mundo académico comenzó a tornarse restrictivo Stallman e inició un movimiento social, que habría de trascender a la industria del software. Él dijo (figuradamente) a un mundo más amplio que el académico: “come'on join the Free Software, you'll be free” (“Anótense en el Software Libre, serán libres”). Quiero decir, entre varios papeles que Richard desempeña en esta historia, el suyo es fundamentalmente el del ideólogo e iniciador de este movimiento social. Stallman buscaba a gentes que se comprometieran en su proyecto. Desde luego, lo logró ampliamente.

Por otra parte, unos años después, en 1991 y al otro lado del mundo había un estudiante de Ciencias de la Computación de la universidad de Helsinski, Linus Torvalds decide acometer de a poco una tarea dura: la escritura del código del núcleo de un sistema operativo (el software de base de las computadoras) inspirado por Unix y Minix, este último una implementación académica, pero por entonces bastante restrictiva en términos de licencia. Linus era por entonces un hombre en solitario, más o menos en sus propias palabras que en las vacaciones de verano y en la soledad de su cuarto decide iniciar ese trabajo gigantesco. Una vez que tuvo un resultado para publicar, decidió hacerlo a la manera científica: poner a disposición de la comunidad para que lo evaluaran y mejorasen colectivamente. Linus fue un hacker solitario, que salió al encuentro de la comunidad. Figuradamente les dijo: “oigan muchachos, desarrollé esto que ya comienza a funcionar. Díganme qué les parece o qué les gustaría que debiera incluir”.

Así coincidieron el líder social e ideólogo y el iniciador solitario del núcleo Linux, las maravillosas herramientas de GNU y el soft de base para el control del hardware, el núcleo. Así surgió GNU/Linux.


Matías Gutiérrez Reto

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