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sábado, 25 de marzo de 2017

Una historia retro (computación)

Casi cualquier objeto puede convertirse en una historia. Cosas incluso con poco o nulo valor de cambio pueden tener un enorme valor de uso para alguien. Los que amamos ciertos objetos, aún más allá de las posibilidades de nuestro espacio en casa lo sabemos bien.
Esta es la historia de una Commodore 64.

A más o menos 30 años de su punto de mayor suceso en el mercado la conseguí por unos pocos pesos. Claro, no funcionaba y tampoco tenía fuente de alimentación. Lento trabajo y diversión de fin de semana, ayuda de amigos y un poco de cabezadurismo per jodere y la C64 está en funcionamiento otra vez.


Linus Torvalds se refería a las computadoras de la era de los 8 bits de una manera, me parece, muy acertada: bastaba que tuvieras acceso a la documentación e información para que desarrollaras conocimiento con y acerca de esas máquinas. No es casual que varios desarrolladores del kernel Linux sean aficionados fervientes del retro computing, quizá el caso más conocido sea el de John Linville.
Tampoco es casual el éxito de las Raspberry Pi. Dejen que sean populares y si los chicos se interesan de verdad seguramente las aprovechen. Cuanto más básica es una herramienta más necesitas desarrollar una habilidad con ella.
Creo que tantos años después sin duda alguna nostalgia cabe: tener una C64 en la Argentina de aquel tiempo era algo que no todos podíamos tener. Sin no me equivoco, fue algún aristócrata europeo el que dijo, la principal diferencia entre un hombre y un niño es el precio de sus juguetes.
Fue así: a fines de 2016 conseguí por unos pocos pesos esta Commodore 64, en buen estado externo pero sin funcionar
.
El bajo precio se justificaba porque la máquina no funcionaba, y además se le había perdido o destruido la fuente de alimentación original.
Con la ayuda de mi amigo Hernán y Alejandro -con los que desde la secundaria nos hicimos todos radioaficionados- hicimos el troubleshooting básico: pudimos detectar por qué la máquina no generaba señal de video. El chip MOS-8701 era el responsable.
Conseguirlo fue providencial. No creo que hoy en día se use ese integrado para alguna otra cosa supongo, así que me hipótesis es que habrá quedado en stock desde los años '90.
Reemplazado el chip había que encontrar una fuente de alimentación. La fuente de alimentación original de la C64 era su talón de Aquiles. Era una caja estanca que calentaba por los cuatro costados. Recuerdo un amigo de la primaria que la tenía sobre una alfombra. Un milagro que de jugar al Moon Patrol no hayamos prendido fuego la alfombra.

Esquemático de la fuente original


La fuente original era muy básica. Por supuesto no era switching, lo que hacía que fuera mucho menos eficaz. Pero eso era lo habitual para la época.
Quizá lo más revolucionario que tuvo la Apple II, primera computadora masiva de Apple fue que fue la primera en contar con una fuente switching. Era algo que la hacía cara, pero era revolucionario para cuando esa máquina salió al mercado.
El resto de las computadoras similares, no la tenía.
Entonces lo más fácil en el siglo XXI era armar un gabinete con una fuente switching y un transformador convencional para la salida de 9 VAC.
La fuente switching vino de algún switch de red que no sirvió más. Y el trafo, lo compré ex profeso. El gabinete también había pertenecido a alguna fuente y lo había guardado pensando usarlo alguna vez.

Agregué un fusible a los 9VAC (de 2A) ya que la switching provee bastante protección.

Y esa es la historia de esta C64. La fuente funcionando puede verse acá:


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