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miércoles, 1 de diciembre de 2010

¿Es WikiLeaks parte de la "cultura hacker"?

A veces todo nos es presentado como "nuevo" ¿Pero es realmente nuevo el fenómeno de wikileaks? Para que estas "filtraciones" tomaran estado público wikileaks y sus seguidores las dieron a conocer a un puñado de diarios de prestigio, como El País, Le Monde, The Guardian, NY Times.
¿Es tan novedoso este fenómeno? ¿Agregan algo de "información"?

Wiki, según parece, es un término proveniente de una lengua nativa de Hawai, que significa "rápido". El término lo acuñó un programador que creó una plataforma para edición rápida de sitios webs colaborativos. Es decir, un programa que permitiera colaborar en la edición de páginas webs. Su aplicación más notoria ha sido, desde luego, wikipedia.
"Leaks" proviene del inglés y significa "goteo, filtración". El término tiene alguna conexión con las técnicas de programación de computadoras en donde se denominan, por ejemplo "goteos de memoria" a ciertos problemas o "bugs" de programas que olvidan liberar la memoria o recursos que ya han utilizado y que no precisan.
A veces fenómenos como este son asociados a la "Cultura Hacker", que tendría como pretensión poner al alcance de todos información antes secreta.
Pero es posible pensar que las analogías llegan hasta allí y no mucho más lejos. "Wiki" remite al universo de la creación colectiva de conocimiento y "leaks" a la obtención de información clasificada, pasando por algún contacto con el mundo de la informática. Pero wikiLeaks no tiene nada de nuevo.
En este caso, lo que importa no es tanto el "contenido" de lo divulgado que revelaría las representaciones y prejuicios de funcionarios de la burocracia diplomática, sino que importaría mucho más que se revelaran cómo se han obtenido esas informaciones.
Porque sería interesante saber si todo no es más que una operación de cierto sector de la política estadounidense, por ejemplo, opositor al gobierno demócrata.

¿Agregan algo de "información"?

Definitivamente, poco y nada. A lo sumo, permite conocer los "retratos" trazados por oscuros y anónimos funcionarios diplomáticos sobre personalidades políticas (ej. Berlusconi, Sarkozy, Kirchner). Esos retratos, prejuiciosos y burdos, no hacen más que ilustrar ciertas presuposiciones. Son ilustraciones porque esos escritos constituyen a lo sumo documentos de lo que cualquier cuerpo diplomático hará normalmente pero a través del registro oral. Y normalmente, la oralidad deja menos rastros.
La diplomacia debe constituir un juego de miradas oblicuas, en donde cada parte intenta construir cómo es mirado por el otro. El problema es cuando esas "miradas" se dejan por escrito y cobran estado público.

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