Se acerca Navidad. A lo largo de la historia, la música folclórica tuvo a la Navidad como un tema que siempre ha sido central.
Hoy revisamos una historia de Navidad algo diferente, la que narra la canción tradicional, presumiblemente de origen irlandés titulada "Arthur McBride".
A principios de 1993 compré una copia del CD de Dylan que llevó por título "Good As I Been to You". Aquel disco, el número 28 en la carrera del músico fue el primero en su carrera en contener únicamente versiones de canciones folclóricas, algunas de ellas irlandesas, otras británicas, de la tradición del bluegrass y del blues de los '20 y '30.
En aquel tiempo, habían pasado solo un par de años desde que escuchara a Dylan por primera vez en vivo, en el show que se hizo en el estadio Obras.
"Good as I Been to You" borra los rastros de los orígenes de las canciones, algo que Dylan se encargó de hacer durante los siguientes treinta años y que le rindió enormes dividendos musicales. A menudo la crítica ha dicho que discos de Dylan como el mencionado, al igual que el que le siguió, "World Gone Wrong" fueron meros "rellenos" en su carrera, grabaciones que él hizo para cumplir sus obligaciones contractuales, bebiendo de las fuentes de la tradición sin demasiado esfuerzo compositivo.
Sin embargo esos argumentos pasan por alto todo lo que una nueva versión, un cover tiene de nueva composición. Eso es en efecto lo que Dylan empezó a desarrollar a partir de entonces: a transfigurar a piacere la tradición, del blues, el bluegrass, las baladas irlandesas, etc.
Quizá el efecto de ocultar sus orígenes antiguos es disco abra toda una serie de conexiones musicales, muchas de las cuales, al menos a mí en aquel tiempo me resultaban desconocidas.
Años después Internet permitió unir algunos de los puntos que conectan esas distintas tradiciones.
Me detengo hoy en una de las canciones del álbum, "Arthur McBride" con la excusa de su tema navideño. O, podría decirse solo lateralmente navideño. La voz que narra la historia de "Arthur McBride" sitúa los hechos en la mañana de Navidad, en alguna costa de Irlanda, presumiblemente. Porque la canción no habla de la Navidad, sino del violento encuentro entre dos jóvenes de a pie (Arthur y su primo) y dos oficiales del ejército (presumiblemente británico). Lo que no debía ocurrir una pacífica de Navidad, finalmente ocurre.
Ya en la primera estrofa se establece el marco espacio temporal donde transcurrirán los hechos:
"Oh, me and my cousin one Arthur McBride
"As we went a-walking down by the seaside
"Now mark what followed and what did betide
"For it being on Christmas morning".
"Mi primo, un tal Arthur McBride y yo
"Mientras caminábamos a lo largo de la playa
"Ahora, miren lo que siguió y lo que ocurrió
"Por haber sido en la mañana de Navidad".
"Out for recreation we went on a tramp
"And we met sergeant napper and corporal vamp
"And the little wee drummer intending to camp
"For the day being pleasant and charming".
"Salimos para pasar el rato y caimos en la tampa /
"Nos encontramos al sargento Napper y al cabo Vamp /
"Y un tamborillero pequeñito quienes querían acampar
"Por ser un día agradable y encantador".
Ese es el espacio y los personajes de esta historia. Acto seguido el sargento los saluda y rápidamente intenta convencer a los jóvenes acerca de las bondades de la vida militar, como para que se unan a las filas. A lo que el narrador responde:
"Sin ánimo de ofender, pero con ganas de seguir de largo,
"Por ser la mañana de Navidad".
Estos versos dan que pensar que Arthur y su primo eran gente propensa a la riña, pero que se estaban comportando aquella mañana de Navidad.
"Un soldado siempre lleva una vida muy buena
"Y siempre es bendecido por una joven y adorable esposa
...
"Un soldado siempre se ve limpio y decente
"siempre se lo ve con las más finas ropas
"Mientras que otros van sucios y andrajosos
"y apenas si toman algo de avena en la mañana".
Con esto los muchachos irlandeses se sienten ofendidos y Arthur responde que no tienen ningún admiración por las vestimenta de los militares y no tienen ninguna intención de enlistarse, porque disfrutan de la vida libre y despreocupada.
"No nos interesa tomar su adelanto" (El sargento les había ofrecido diez guineas de oro si se enlistaban)
"No trocaríamos nuestra suerte por un montón de riesgos y peligros
"Ustedes no tendrían escrúpulos en mandarnos a Francia
"Donde nos matarían de un tiro sin ningún aviso".
De allí en más la animosidad entre ambos grupos va en aumento y el sargento amenaza a Arthur que si lo insulta con alguna palabra más les mandaría a cortar la cabeza la mañana siguiente.
Con sigilo, los irlandeses se quitan sus capas, y blanden en silencio pero firmemente sus shillelaghs*, antes de que el sargento y el cabo llegaran a desenvainar sus espadas los nobles shillelaghs irlandeses cayeron sobre sus cabezas. Acto seguido patean el tambor del niño tamborillero.
Las espadas de los militares las arrojaron al mar, tan lejos como pudieron y Arthur gritó "Llévenselas, demonios". Y para concluir la disputa, dejan a esos dos como "un par de sacos húmedos en la orilla".
La versión de "Arthur McBride" de Dylan del '92 se basa sin ocultamientos en la que grabara Paul Brady, un músico irlandés que grabó la canción a mediados de la década de los '70.
Brady nació en Belfast, Irlanda del Norte, pero se crió en un pequeño pueblo rural, cercano a la frontera con el condado de Donegal, perteneciente a la república de Irlanda
Entre las diversas teorías de los orígenes de "Arthur McBride" algunas versiones la ubican justamente en el condado de Donegal, si bien, como toda canción folclórica viajó de aquí a allá, modificándose a lo largo del camino.
Pero Brady no descubrió la versión que grabó en Irlanda, sino en los Estados Unidos, mientras estaba en un viaje en 1973. Allí un amigo le compartió un libro titulado "A Heritage of Songs", en el que que Carrie Grover, natural de Nova Scotia, recopiló un cancionero popular que había escuchado de sus padres. El libro tuvo una tirada sumamente escasa de ejemplares.
Grover, se estableció más tarde en el estado de Maine, en los Estados Unidos, y entró en contacto en los años '40 con Alan Lomax, el etnomusicólogo que siguiendo los pasos de su padre, John Lomax Sr., realizó una multitud de grabaciones de campo a lo largo y ancho de los Estados Unidos y que pasaron a formar parte para siempre del acervo de la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.
Brady no escuchó la grabación a capela de Grover hecha por Lomax, sino que solo leyó "A Heritage of Songs". Por tanto, los arreglos son de su propia autoría. Algunas palabras de la versión de Grover le resultaban incomprensibles, de modo que Brady las retocó a su estilo.
Algunos pueden hacer una "escucha" nacionalista de "Arthur McBride" en donde los irlandeses resistirían el poderío de los británicos. Sin embargo, esa lectura no aparece habilitada de forma explícita, por lo menos en la letra que nos llega por vía de Grover. Más bien, como se sugirió, los muchachos irlandeses parecieran ser en ocasiones pendencieros, pero que aprecian su libertad individual y la vida despreocupada. Como alguien escribió "Arthur McBride" es una "canción belicosamente pacifista".
"Arthur McBride" es una canción folclórica con siglos de vida. Parece ser apenas eso, una canción, pero también es un documento que está allí para decirnos muchas cosas más.
Antes que leer la canción en clave nacionalista, se pueden extraer algunas otras conclusiones: desde que se viene hablando acerca de la "globalización", se insiste en que lo "global" matará lo "local", "aquello matará a esto", parafraseando al Victor Hugo de Nuestra Señora de París. Pero en este caso el recorrido que parte de Grover, en Canadá, llega a Brady, vuelve a América vía Dylan y las conexiones se multiplican. Nótese que Brady no descubre la canción en su tierra natal, de donde habría surgido inicialmente. Lo "local" fue conservado -con las alteraciones del añejamiento que el tiempo inexorablemente impone- gracias al reservorio del libro y la grabación. El reservorio de la memoria de Grover en Canadá. Gracias a la publicación y a la grabación de Lomax se produce nuevamente el salto de lo "local" a lo "global". En el caso de "Arthur McBride", como de seguro en muchísimos otros, lo "global" terminó por salvar a lo "local".
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(*) "Shillelagh" era un bastón hecho con madera de endrino, el cual se utilizaba en el campo en Irlanda, no solo de ayuda para caminar, sino que también se lo usaba para batirse a duelo y resolver disputas. Véase entrada Shillelagh en Wikipedia.
Fuentes:
Paul Brady: "Arthur McBride" [Dylan's Eightieth Birthday celebrated from Ireland]
Bob Dylan: "Arthur McBride"
Entrada "Arthur McBride" en Wikipedia
Winick, Stephen (24 December 2015). "Arthur McBride, Carrie Grover, Paul Brady, and Rosanne Cash: More About a Classic Song". Folklife Today. Library of Congress. ISSN 2692-1731
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viernes, 8 de diciembre de 2023
Arthur McBride: una historia de Navidad. Lo global en resguardo de lo local
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Análisi
domingo, 25 de junio de 2023
Los 40 años de "Juegos de Guerra": la película que nos hizo soñar con la computadora
Este mes de junio de 2023 se cumplieron 40 años del estreno de la película "WarGames" o "Juegos de Guerra", como se la conoció en países de habla hispana. La película capturó con acierto los momentos en que la computadora se estaba volviendo "personal" y nos sumergió en un largo sueño digital: querer tipear en un teclado de una computadora, entender de qué se trataba todo aquello. Cuarenta años después sigue siendo un filme de culto, que vale la pena volver a ver. Algunos temas de la película tienen hoy un valor muy actual, como la Inteligencia Artificial.
Alguien alguna vez escribió que salir del cine (dejar el recinto de la sala para salir a la calle) guarda alguna similitud con el despertar de un sueño: el cuerpo, que por un cierto tiempo se ha sometido a un estado submotricidad, se pone lentamente en movimiento. En el paso del sueño a la vigilia intentamos a veces perdurar el sueño si aquel fue placentero, de la misma forma que para nosotros "reproducimos" internamente algo de las imágenes que por cierto tiempo se han desarrollado frente a nuestra vista cuando dejamos el cine.
En 1983 yo tenía nueve años, estaba en cuarto grado de la escuela primaria. Tan solo un año antes había sido la trágica experiencia colectiva de la guerra de Malvinas. En Buenos Aires "Juegos de guerra" se estrenó a principios del mes de julio de 1983.
Mi padre me llevó a ver la película a un cine del Centro un domingo de aquel invierno, pudo haber sido el cine Metro de la avenida Cerrito. Liberados ya de la tensión del relato en virtud del final catártico, cuando a la tardecita dejamos la sala ya era noche cerrada. El "sueño" del relato cinematográfico terminaba, volvíamos a la vigilia de la vida cotidiana, sin embargo la película consiguió construir en muchos de nosotros, apenas niños por entonces, el deseo desesperado de poner nuestras manos en una computadora real. Por largos años, echamos mano a todo aquello que pudiera seguir alimentando ese sueño: libros, revistas, etc.
Cinematográficamente hablando 1983 fue un año fecundo: se estrenaron, entre otras, "El regreso del Jedi", "007: Octopussy" y "Rambo". Todas ellas siguen siendo buenos clásicos, cuarenta años después. Pero "WarGames" creo que consiguió algo más: años después se convirtió en una película de culto porque condensó emotivamente de una forma muy poderosa el momento en que la computadora estaba volviéndose "personal". Tarde o temprano, el sueño de tener una computadora (poco importaba cuál) en nuestros cuartos podría hacerse realidad. Si eso estaba ocurriendo en los países centrales, tenía finalmente que ocurrir en los nuestros también.
De un primer vistazo "Juegos de guerra", pareciera tener todos los elementos necesarios para llegar a una audiencia de adolescentes, es sin dudas una "película para adolescentes", sin embargo terminó trasponiendo las fronteras demográficas de ese público acotado. Se transformó en un filme de culto. Algunas de las técnicas usadas en la película como el war dialing terminaron inspirando las técnicas de ciber seguridad, cracking y hacking "etico" que se desarrollaron posteriormente.
En la pantalla chica de la tele (solo había cuatro canales) y uno que desde la ciudad de Buenos Aires se veía siempre con algo de "lluvia" y "fantasmas" (literalmente) porque era de la ciudad de La Plata. El año siguiente, 1984, se realizó en los Estados Unidos una serie llamada "Whiz Kids", la que la televisión local emitió en su totalidad (solo duró una temporada), y que en castellano se llamó "La pandilla de la computadora". La serie fue una derivación ex profeso de "Juegos de Guerra", en la que la computadora, los modems y el acceso a sistemas remotos ocupaban un lugar central en esa ficción televisiva.
Las revistas que de a poco llegaban desde los Estados Unidos, como Byte o Rainbow que se exhibían en los kioscos "grandes" de la ciudad y las que pronto empezaron a aparecer en español, como Programación Popular o K64, que vieron la luz en el año 1984, nos hicieron perdurar el sueño de teclear sobre las teclas de una computadora real.
Esa máquina: IMSAI 8080
La computadora de David Lightman, el personaje principal de "WarGames" que protagonizó Mathew Broderick era una IMSAI 8080, contaba con una doble unidad de discos floppy, una terminal, el modem se acoplaba físicamente a un teléfono de "Ma Bell" por medio de un acoplador acústico. Para el año 1983 la computadora era algo obsoleta: se había dejado de producir en 1978.
Para 1983 la PC de IBM estaba comenzando a abrirse paso (terminaría de hacerlo por completo cuando proliferaron los clones). La computadora personal por excelencia en 1983 era la Apple II, una creación de Steve Wozniak y el producto primogénito con el que Apple levantó vuelo.
La IMSAI podía parecer algo vetusta para 1983, pero resultaba icónica. Su panel central de "blinkenlights" (en el argot hacker, "lucecitas titilantes") le daba un indudable aire "hacker", en el antiguo sentido del término. La IMSAI fue uno de los primeros clones de la historia: el fabricante (IMS Associates Inc) "clonó" la computadora de su principal competidor, la Altair 8800, que fabricó desde mediados de los '70 la firma MITS de Nuevo México. En un principio esa compañía vendió la computadora como un kit, que los usuarios debían ensamblar. Para proveer al incipiente mercado de hobistas con un lenguaje de programación interpretado y de alto nivel, los jóvenes Paul Allen y Bill Gates consiguieron escribir un intérprete basic que pudiera correr en los escasos 4K de ram de la Altair. Así fundaron, en Albuquerque, Nuevo México, cerca de la fábrica de Altair la firma Micro-Soft. Con el tiempo el guión intermedio desaparecería y la empresa se establecería definitivamente en Redmond, en los suburbios de la ciudad de Seattle.
Altair o IMSAI, ambas máquinas buscaban satisfacer el incipiente mercado de hobistas que estaban buscando hacer realidad el sueño de la computadora personal, una máquina que cualquiera de nosotros pudiera tener en su casa. Porque hasta entonces, la computadora era un bien escaso y solo accesible para universidades, grandes empresas o ciertas organizaciones estatales en los países centrales.
A principios de los años '70, en Menlo Park, en el llamado Silicon Valley se estableció el Homebrew Computer Club, allí confluyeron la mayoría de los pioneros de la llamada "micro-computadoras": Steve Wozniak, Steve Jobs, Lee Felsenstein, Thomas Fischer, Nancy Freitas (ambos empleados y luego dueños de IMS Associates/IMSAI), entre otros. Firmas como Apple, IMSAI, Cromenco entre otras derivaron de las reuniones de esa comunidad DIY ("hágalo usted mismo").
La arquitectura de la Altair 8800 (que al igual que la máquina de David en el filme estaba equipada con un procesador Intel 8080), se basó en el bus S-100. Ese mismo bus fue un estándar de facto en aquella primera generación de computadoras personales: la Altair y la IMSAI, pero también la Apple II. Esa arquitectura abierta hizo de aquellas computadoras un hardware abierto para el que otras empresas pudieron desarrollar placas de expansión y periféricos. Al igual que la Apple II la IMSAI resultaba altamente "customizable" y el usuario entusiasta (hacker) tenía al alcance de sus manos la potencialidad de expandir su hardware.
La IMSAI 8080 fue de las primeras máquinas en utilizar el sistema operativo CP/M, escrito por David Kildall, que luego sería la inspiración para el conocido DOS.
La IMSAI de David (Mathew Broderick) era una computadora para entusiastas, "entendidos" o hackers. No era como la Apple II, un dispositivo listo para que el usuario conectase y encendiese tan fácilmente como un electrodoméstico más. Su display de "Blinlenlights" resultaba además visualmente atractivo. Al igual que el display de la computadora del NORAD/DoD, denominada en la ficción como WOPR (War Operation Plan Response), y que se pronunciaba igual que la hamburguesa de Burger King.
A partir del hardware del cuarto de David, de los motivos visuales que se le aparecen al espectador en pantalla: ese "setup" de IMSAI, terminal, floppy, etc se puede decir que el personaje de Broderick es una representación fílmica de una generación de hackers que siguió a los pioneros de los microprocesares de 8 bits, del Homebrew Computer Club. Con ese personaje nos podíamos identificar plenamente, él era uno de los primeros usuarios de esas primeras computadoras "personales". Uno de nosotros, o aquello a lo que aspiraríamos a ser.
David Lightman
En WarGames no hay mención explícita del término "hackers". Si bien se puede inferir en base al hardware que David, el personaje encarnado por Mathew Broderick, tenía conocimientos bastante avanzados, y una red de amigos "hackers", a quienes consulta sobre backdoors y recopila datos que le servirán para la principal técnica que utiliza para introducirse en sistemas remotos, la denominada "ingeniería social". Para conseguir la contraseña del usuario del profesor Falken David realiza una cuidadosa investigación en base a datos públicos sobre la vida del profesor.
Pero otro de los rasgos de la personalidad de David es el hecho de ser un gamer. Lo vemos jugando al Galaga en un arcade antes de entrar a clase. Su motivación principal para hacer el "war dialing", es decir, la búsqueda ya sea por fuerza bruta o guida, realizando llamadas hasta que un modem responda. Esa técnica debía estar acompañada por el tono de 2600 Hz que descubrieron los phreaks (hackers de la red telefónica estadounidense). Aquel descubrimiento les permitió hacer llamadas de larga distancia a un costo cero.
La principal motivación de David, para nada contradictoria con su "estilo" hacker, es el gaming. Por la vía del escaneo de los teléfonos de una localidad ("war dialing") David busca conectarse a la computadora (nótese que aún no se las denominaba "servidores") de una compañía de video juegos, que se preparaba para lanzar un nuevo título al mercado. Él tenía que jugar a ese juego.
Una de las características del modo de hacer "hacker" es que la frontera existente entre el trabajo y el juego se desdibuja, porque el hacker está haciendo algo que encuentra inherentemente divertido y desafiante.
Los primeros ecos
El programa televisivo "The Computer Chronicles" (en lo sucesivo, TCC) se emitió desde 1983 hasta 2002 por la cadena televisiva pública estadounidense, PBS. El programa semanal tuvo como presentadores y columnistas a profesionales destacados del Silicon Valley. La emisión del 26 de marzo de 1984, poco más de medio año después del estreno de la película y solo dos meses después de que comenzara la primera temporada del programa, tuvo como tema central "Computer Security" ("la seguridad de las computadoras"). Para quien vea retrospectivamente el programa, resultará evidente que el traje y la corbata eran por lejos la vestimenta obligada en aquel tiempo. Sin embargo, el argot de ciberseguridad ya estaba allí, con muchos de los términos que aún siguen usándose en la actualidad.
De esta forma comenzaba la emisión de TCC del 26 de marzo de 1984:
WarGames y la técnica de war dialing que David utiliza en la ficción aparecen como ejemplo de cómo podrían operar los crackers del mundo real. En aquella emisión de TCC no se hablaba acerca de redes, sino que el objetivo de los intrusos o delincuentes era la "computadora", que todavía no se había convertido en "servidor" o "clientes".
La visión técnica o hacker de WarGames no hizo foco en los riesgos y temores globales acerca de un conflicto nuclear sino en las técnicas de descubrimiento de objetivos y acceso no autorizado a sistemas remotos. Los presentadores se referían a "hackers" como personas que intentaban romper las credenciales de sistemas de tiempo compartido para conectarse a ellos.
La comunidad técnica veía WarGames como una forma de explorar accesos genuinos y de otro tipo a un recurso que si bien comenzaba a convertirse en un bien accesible, continuaba siendo un recurso escaso: la computadora. Esta visión de la película tal vez descuidó dos de los otros temas que la película trataba: los videojuegos y la inteligencia artificial. Aunque pueda resultar extraño, la IA era un tema de moda en 1984, quizá tanto como lo es hoy, cuarenta años después. De hecho la emisión siguiente del programa TCC estuvo dedicada a la inteligencia artificial, y tuvo entrevistados como John McCarthy, pionero de la IA, creador del lenguaje de programación LISP y profesor en Stanford.
Las críticas de cine generales, las que se publicaron en los diarios y a los que hoy podemos acceder gracias al archivo de la web, no hicieron el mismo foco en el tema del acceso (autorizado o no) a sistemas de tiempo compartido remotos, por el contrario se enfocaron en el papel de la inteligencia artificial en la historia que la película cuenta y el peligro de un conflicto nuclear, que sin duda movilizaba una dosis importante de preocupación en la audiencia de 1983.
Por ejemplo la crítica que Rita Kempley escribió para The Washington Post ubicó a WOPR en la misma serie que HAL, la computadora mentalmente "enferma" de 2001 Odisea en el Espacio y su secuela 2010:
La teoría de los juegos (incluyendo al subconjunto juegos de video) y su relación con la Inteligencia Artificial es uno de los temas centrales de la película. La pregunta que deja planteada la historia es ¿Pueden las máquinas tomar decisiones tan trascendentales para el destino de la humanidad como lanzar una ojiva nuclear? El relato debate ese asunto, con personajes como el general Beringer, un militar de vieja escuela, campechano y de pocas pulgas, que desconfía abiertamente de las ventajas de la IA y sus antagonistas, como el Dr. McKittrick, jefe e impulsor del proyecto WOPR.
De manera parecida a HAL en la ficción de Arthur C. Clarke y Stanley Kubrick, WOPR también termina sufriendo algún problema de "psíquico". Pero otro aspecto interesante de la película viene dado por cierta ambigüedad: como espectadores no podemos saber si WOPR confunde la realidad, es decir descree de las señales que provienen de sus sensores externos (sentidos) para dejarse llevar por el mecanismo interno de su algoritmo ¿Confunde WOPR el juego con la realidad? ¿Alucina? (un concepto que hoy es actual en relación a la IA, pero en sentido más laxo). O por el contrario WOPR sabe que está jugando una simulación y son los personajes los que creen asistir a una escalada peligrosamente real. No podemos asegurar si WOPR habría llegado a accionar el misíl que la película nos muestra, aunque tememos que sí lo habría hecho y que la simulación no era tan solo eso, un juego en modo dry-run. Esta ambigüedad se cierra hacia el fin del film, para liberarnos de la tensión a la que el relato nos tuvo sometidos durante largo rato.
Los efectos
Hemos revisado algunos efectos de la película, en las críticas de cine y en un programa especializado de 1984, The Computer Chronicles.
El hecho de que rápidamente la película apareciera en emisiones o medios especializados es una muestra de cómo iría convirtiéndose en una referencia o en una "peli de culto" para la comunidad técnica. Los hackers no veían ninguna poesía anti-máquina en la película, por el contrario podían considerar todo eso como la exageración que hace de toda historia atractiva. Lo que más importaba para ellos eran las capacidades de acceso e intercambio (autorizado o no), es decir toda la potencialidad de la computadora, el objeto de deseo.
Otra muestra de la fuerza con que la película dejó su impronta en la imaginación y los productos de las comunidades científicas y técnicas en los años '80 y posiblemente en lo sucesivo la encontré recientemente cuando analicé el sistema operativo 4.2BSD de 1983. Esa versión de la distribución Unix desarrollada en la Universidad de California en Berkeley (De allí sus siglas> Berkeley Software Distribution) fue liberada en agosto de 1983, unos pocos meses después del estreno de la película. Como particularidad, esa versión de BSD fue la primera en incluir la pila de protocolos TCP/IP. La agencia DARPA (dependiente del Departamento de Defensa de los Estados Unidos) había elegido a BSD como el UNIX en el que se implementaría oficialmente el nuevo protocolo TCP/IP. Aquel año, 1983 DARPA estableció que ocurriría la transición de los antiguos protocolos de ARPANET (NCP y BBN 1822) a TCP/IP. Internet como la conoceríamos estaba tomando forma.
En otro lugar he analizado algunas de las particularidades históricas de 4.2BSD, el resultado de esa experiencia puede verse en este video: "El primer TCP/IP productivo corriendo en 4.2 BSD y funcionando, 40 años después". La experiencia fue realizada a partir de cintas originales que se preservaron con 4.2BSD.
En lo que respecta a 4.2BSD y WarGames, lo interesante es que el equipo de científicos que trabajó en la creación de la distribución incluyó algunas referencias a la película. El "Mensaje del día" (MOTD) que se mostraba a cada usuario luego de que hubieran ingresado exitosamente sus credenciales era "¿Querés jugar a un juego?". El mismo que recibió David en la ficción, luego de que consiguiera acceder a WOPR.
Otro hecho también resulta sumamente interesante. El archivo de usuarios /etc/passwd contiene los nombre de varias celebridades de la historia de Unix, por ejemplo Dennis Ritchie, Kirk McKusick, Bill Joy, Eric Alman, entre otros. Pero hay un usuario más en la lista, llamado "falcon", fonéticamente muy similar a "falken" (el científico de la ficción). Su contraseña además es la misma que en la película, es decir uno puede "loguearse" en 4.2BSD usando las mismas credenciales que David dedujo en la ficción aplicando hoy las técnicas que denominamos como "ingeniería social".
"Juegos de Guerra" dejó una huella profunda no solo en la imaginación hacker (lo que sería difícil de demostrar) sino también en sus sistemas operativos. A partir de aquellos años BSD se convertiría en el UNIX "hacker" por antonomasia, hasta la llegada de Linux/GNU a principios de los años '90.
Cierre: "la única forma de ganar es no jugar"
En 4.2BSD (agosto de 1983) un usuario cualquiera podía identificarse con las credenciales del Profesor Falken e inmediatamente después aparecía en la consola la pregunta "¿Querés jugar a un juego?", si su respuesta era afirmativa seguía el mensaje: "Curioso, la única forma de ganar es no jugar". Aquella frase extraída de la película, parece referir a la situación conocida como "Zugzwang" en ajedrez.
En los años '80 ya se pensaba que la Inteligencia Artificial había llegado a un estadio de su desarrollo que podría ser explotada comercialmente. En aquel tiempo se denominaba a algunas de esas aplicaciones como "sistemas expertos". Pero aún no podía interactuar con alguna aplicación de IA utilizando el lenguaje natural. No había capacidad de cómputo aún para semejante cosa.
Hoy las aplicaciones de IA generativa, basadas en grandes modelos de lenguaje (chatGPT es la cara más visible) están en el centro de la escena. Curiosamente, hemos llegado al punto en que voces destacadas están advirtiendo sobre algunos peligros de la IA, con una situación similar al "Zugzwang". Para ellos sería necesario parar la pelota: no jugar por un tiempo como una forma de salir indemnes colectivamente ¿Será porque acaso se habría ido demasiado lejos?
De momento, pareciera que estamos lejos de HAL o de WOPR, pero siempre es difícil hacer predicciones, en especial hablando del futuro.
The Computer Chronicles "Computer Security", marzo 1984.
Roger Ebert: Wargames Review (1983)
Rita Kempley: "WarGames: Tense and Suspenful".
How the ARPANET protocols worked
Si te interesa la historia de la tecnología, quizá te interese "Piensa Abierto: Una historia del software de código abierto y libre.
Alguien alguna vez escribió que salir del cine (dejar el recinto de la sala para salir a la calle) guarda alguna similitud con el despertar de un sueño: el cuerpo, que por un cierto tiempo se ha sometido a un estado submotricidad, se pone lentamente en movimiento. En el paso del sueño a la vigilia intentamos a veces perdurar el sueño si aquel fue placentero, de la misma forma que para nosotros "reproducimos" internamente algo de las imágenes que por cierto tiempo se han desarrollado frente a nuestra vista cuando dejamos el cine.
En 1983 yo tenía nueve años, estaba en cuarto grado de la escuela primaria. Tan solo un año antes había sido la trágica experiencia colectiva de la guerra de Malvinas. En Buenos Aires "Juegos de guerra" se estrenó a principios del mes de julio de 1983.
Mi padre me llevó a ver la película a un cine del Centro un domingo de aquel invierno, pudo haber sido el cine Metro de la avenida Cerrito. Liberados ya de la tensión del relato en virtud del final catártico, cuando a la tardecita dejamos la sala ya era noche cerrada. El "sueño" del relato cinematográfico terminaba, volvíamos a la vigilia de la vida cotidiana, sin embargo la película consiguió construir en muchos de nosotros, apenas niños por entonces, el deseo desesperado de poner nuestras manos en una computadora real. Por largos años, echamos mano a todo aquello que pudiera seguir alimentando ese sueño: libros, revistas, etc.
Cinematográficamente hablando 1983 fue un año fecundo: se estrenaron, entre otras, "El regreso del Jedi", "007: Octopussy" y "Rambo". Todas ellas siguen siendo buenos clásicos, cuarenta años después. Pero "WarGames" creo que consiguió algo más: años después se convirtió en una película de culto porque condensó emotivamente de una forma muy poderosa el momento en que la computadora estaba volviéndose "personal". Tarde o temprano, el sueño de tener una computadora (poco importaba cuál) en nuestros cuartos podría hacerse realidad. Si eso estaba ocurriendo en los países centrales, tenía finalmente que ocurrir en los nuestros también.
De un primer vistazo "Juegos de guerra", pareciera tener todos los elementos necesarios para llegar a una audiencia de adolescentes, es sin dudas una "película para adolescentes", sin embargo terminó trasponiendo las fronteras demográficas de ese público acotado. Se transformó en un filme de culto. Algunas de las técnicas usadas en la película como el war dialing terminaron inspirando las técnicas de ciber seguridad, cracking y hacking "etico" que se desarrollaron posteriormente.
En la pantalla chica de la tele (solo había cuatro canales) y uno que desde la ciudad de Buenos Aires se veía siempre con algo de "lluvia" y "fantasmas" (literalmente) porque era de la ciudad de La Plata. El año siguiente, 1984, se realizó en los Estados Unidos una serie llamada "Whiz Kids", la que la televisión local emitió en su totalidad (solo duró una temporada), y que en castellano se llamó "La pandilla de la computadora". La serie fue una derivación ex profeso de "Juegos de Guerra", en la que la computadora, los modems y el acceso a sistemas remotos ocupaban un lugar central en esa ficción televisiva.
Las revistas que de a poco llegaban desde los Estados Unidos, como Byte o Rainbow que se exhibían en los kioscos "grandes" de la ciudad y las que pronto empezaron a aparecer en español, como Programación Popular o K64, que vieron la luz en el año 1984, nos hicieron perdurar el sueño de teclear sobre las teclas de una computadora real.
Esa máquina: IMSAI 8080
La computadora de David Lightman, el personaje principal de "WarGames" que protagonizó Mathew Broderick era una IMSAI 8080, contaba con una doble unidad de discos floppy, una terminal, el modem se acoplaba físicamente a un teléfono de "Ma Bell" por medio de un acoplador acústico. Para el año 1983 la computadora era algo obsoleta: se había dejado de producir en 1978.
Para 1983 la PC de IBM estaba comenzando a abrirse paso (terminaría de hacerlo por completo cuando proliferaron los clones). La computadora personal por excelencia en 1983 era la Apple II, una creación de Steve Wozniak y el producto primogénito con el que Apple levantó vuelo.
La IMSAI podía parecer algo vetusta para 1983, pero resultaba icónica. Su panel central de "blinkenlights" (en el argot hacker, "lucecitas titilantes") le daba un indudable aire "hacker", en el antiguo sentido del término. La IMSAI fue uno de los primeros clones de la historia: el fabricante (IMS Associates Inc) "clonó" la computadora de su principal competidor, la Altair 8800, que fabricó desde mediados de los '70 la firma MITS de Nuevo México. En un principio esa compañía vendió la computadora como un kit, que los usuarios debían ensamblar. Para proveer al incipiente mercado de hobistas con un lenguaje de programación interpretado y de alto nivel, los jóvenes Paul Allen y Bill Gates consiguieron escribir un intérprete basic que pudiera correr en los escasos 4K de ram de la Altair. Así fundaron, en Albuquerque, Nuevo México, cerca de la fábrica de Altair la firma Micro-Soft. Con el tiempo el guión intermedio desaparecería y la empresa se establecería definitivamente en Redmond, en los suburbios de la ciudad de Seattle.
Altair o IMSAI, ambas máquinas buscaban satisfacer el incipiente mercado de hobistas que estaban buscando hacer realidad el sueño de la computadora personal, una máquina que cualquiera de nosotros pudiera tener en su casa. Porque hasta entonces, la computadora era un bien escaso y solo accesible para universidades, grandes empresas o ciertas organizaciones estatales en los países centrales.
A principios de los años '70, en Menlo Park, en el llamado Silicon Valley se estableció el Homebrew Computer Club, allí confluyeron la mayoría de los pioneros de la llamada "micro-computadoras": Steve Wozniak, Steve Jobs, Lee Felsenstein, Thomas Fischer, Nancy Freitas (ambos empleados y luego dueños de IMS Associates/IMSAI), entre otros. Firmas como Apple, IMSAI, Cromenco entre otras derivaron de las reuniones de esa comunidad DIY ("hágalo usted mismo").
La arquitectura de la Altair 8800 (que al igual que la máquina de David en el filme estaba equipada con un procesador Intel 8080), se basó en el bus S-100. Ese mismo bus fue un estándar de facto en aquella primera generación de computadoras personales: la Altair y la IMSAI, pero también la Apple II. Esa arquitectura abierta hizo de aquellas computadoras un hardware abierto para el que otras empresas pudieron desarrollar placas de expansión y periféricos. Al igual que la Apple II la IMSAI resultaba altamente "customizable" y el usuario entusiasta (hacker) tenía al alcance de sus manos la potencialidad de expandir su hardware.
La IMSAI 8080 fue de las primeras máquinas en utilizar el sistema operativo CP/M, escrito por David Kildall, que luego sería la inspiración para el conocido DOS.
La IMSAI de David (Mathew Broderick) era una computadora para entusiastas, "entendidos" o hackers. No era como la Apple II, un dispositivo listo para que el usuario conectase y encendiese tan fácilmente como un electrodoméstico más. Su display de "Blinlenlights" resultaba además visualmente atractivo. Al igual que el display de la computadora del NORAD/DoD, denominada en la ficción como WOPR (War Operation Plan Response), y que se pronunciaba igual que la hamburguesa de Burger King.
A partir del hardware del cuarto de David, de los motivos visuales que se le aparecen al espectador en pantalla: ese "setup" de IMSAI, terminal, floppy, etc se puede decir que el personaje de Broderick es una representación fílmica de una generación de hackers que siguió a los pioneros de los microprocesares de 8 bits, del Homebrew Computer Club. Con ese personaje nos podíamos identificar plenamente, él era uno de los primeros usuarios de esas primeras computadoras "personales". Uno de nosotros, o aquello a lo que aspiraríamos a ser.
David Lightman
En WarGames no hay mención explícita del término "hackers". Si bien se puede inferir en base al hardware que David, el personaje encarnado por Mathew Broderick, tenía conocimientos bastante avanzados, y una red de amigos "hackers", a quienes consulta sobre backdoors y recopila datos que le servirán para la principal técnica que utiliza para introducirse en sistemas remotos, la denominada "ingeniería social". Para conseguir la contraseña del usuario del profesor Falken David realiza una cuidadosa investigación en base a datos públicos sobre la vida del profesor.
Pero otro de los rasgos de la personalidad de David es el hecho de ser un gamer. Lo vemos jugando al Galaga en un arcade antes de entrar a clase. Su motivación principal para hacer el "war dialing", es decir, la búsqueda ya sea por fuerza bruta o guida, realizando llamadas hasta que un modem responda. Esa técnica debía estar acompañada por el tono de 2600 Hz que descubrieron los phreaks (hackers de la red telefónica estadounidense). Aquel descubrimiento les permitió hacer llamadas de larga distancia a un costo cero.
La principal motivación de David, para nada contradictoria con su "estilo" hacker, es el gaming. Por la vía del escaneo de los teléfonos de una localidad ("war dialing") David busca conectarse a la computadora (nótese que aún no se las denominaba "servidores") de una compañía de video juegos, que se preparaba para lanzar un nuevo título al mercado. Él tenía que jugar a ese juego.
Una de las características del modo de hacer "hacker" es que la frontera existente entre el trabajo y el juego se desdibuja, porque el hacker está haciendo algo que encuentra inherentemente divertido y desafiante.
Los primeros ecos
El programa televisivo "The Computer Chronicles" (en lo sucesivo, TCC) se emitió desde 1983 hasta 2002 por la cadena televisiva pública estadounidense, PBS. El programa semanal tuvo como presentadores y columnistas a profesionales destacados del Silicon Valley. La emisión del 26 de marzo de 1984, poco más de medio año después del estreno de la película y solo dos meses después de que comenzara la primera temporada del programa, tuvo como tema central "Computer Security" ("la seguridad de las computadoras"). Para quien vea retrospectivamente el programa, resultará evidente que el traje y la corbata eran por lejos la vestimenta obligada en aquel tiempo. Sin embargo, el argot de ciberseguridad ya estaba allí, con muchos de los términos que aún siguen usándose en la actualidad.
De esta forma comenzaba la emisión de TCC del 26 de marzo de 1984:
"En nuestro programa de hoy estaremos conversando acerca de los problemas de la seguridad de computadoras. Imagino que a esta altura la mayoría debe haber oído acerca de la película 'Juegos de Guerra' y los diferentes tipos de problemas de seguridad que presenta la historia del film, pero tipicamente los problemas de seguridad de computadoras no suelen implicar cosas tan espectaculares como una guerra nuclear sino cosas mucho más mundanas, como el robo de dinero o información".
WarGames y la técnica de war dialing que David utiliza en la ficción aparecen como ejemplo de cómo podrían operar los crackers del mundo real. En aquella emisión de TCC no se hablaba acerca de redes, sino que el objetivo de los intrusos o delincuentes era la "computadora", que todavía no se había convertido en "servidor" o "clientes".
La visión técnica o hacker de WarGames no hizo foco en los riesgos y temores globales acerca de un conflicto nuclear sino en las técnicas de descubrimiento de objetivos y acceso no autorizado a sistemas remotos. Los presentadores se referían a "hackers" como personas que intentaban romper las credenciales de sistemas de tiempo compartido para conectarse a ellos.
La comunidad técnica veía WarGames como una forma de explorar accesos genuinos y de otro tipo a un recurso que si bien comenzaba a convertirse en un bien accesible, continuaba siendo un recurso escaso: la computadora. Esta visión de la película tal vez descuidó dos de los otros temas que la película trataba: los videojuegos y la inteligencia artificial. Aunque pueda resultar extraño, la IA era un tema de moda en 1984, quizá tanto como lo es hoy, cuarenta años después. De hecho la emisión siguiente del programa TCC estuvo dedicada a la inteligencia artificial, y tuvo entrevistados como John McCarthy, pionero de la IA, creador del lenguaje de programación LISP y profesor en Stanford.
Las críticas de cine generales, las que se publicaron en los diarios y a los que hoy podemos acceder gracias al archivo de la web, no hicieron el mismo foco en el tema del acceso (autorizado o no) a sistemas de tiempo compartido remotos, por el contrario se enfocaron en el papel de la inteligencia artificial en la historia que la película cuenta y el peligro de un conflicto nuclear, que sin duda movilizaba una dosis importante de preocupación en la audiencia de 1983.
Por ejemplo la crítica que Rita Kempley escribió para The Washington Post ubicó a WOPR en la misma serie que HAL, la computadora mentalmente "enferma" de 2001 Odisea en el Espacio y su secuela 2010:
"WOPR se ve como un horno homicida con ojos digitales, hijo antropomórfico de HAL, cuyo creador le enseñó no solo a jugar duro, pero también le enseñó a aprender de sus errores.La crítica de Kempley concluía de manera favorable:
"WarGames presenta sutilmente una protesta, a favor de la gente, anti-nuclear y anti-máquina que entretiene. No vende ni la histeria de Jane Fonda en El sindrome de China ni la desesperanza de Dr. Strangelove. Es un llamamiento por la paz que resulta bueno hasta el último byte".Por su parte, el crítico Roger Ebert, en su reseña del Chicago Sun-Times en 1983:
"Tarde o temprano una de estas máquinas inteligentes nos va a hacer volar de la superfície de nuestro planeta. Ese es el mensaje de WarGames, un escalofriante e inteligente thriller, que es una de las mejores películas de este año".La crítica habló, de manera contemporánea al estreno de la película de los peligros de la IA, y de cómo el film podía ser visto como un alegato para la paz.
La teoría de los juegos (incluyendo al subconjunto juegos de video) y su relación con la Inteligencia Artificial es uno de los temas centrales de la película. La pregunta que deja planteada la historia es ¿Pueden las máquinas tomar decisiones tan trascendentales para el destino de la humanidad como lanzar una ojiva nuclear? El relato debate ese asunto, con personajes como el general Beringer, un militar de vieja escuela, campechano y de pocas pulgas, que desconfía abiertamente de las ventajas de la IA y sus antagonistas, como el Dr. McKittrick, jefe e impulsor del proyecto WOPR.
De manera parecida a HAL en la ficción de Arthur C. Clarke y Stanley Kubrick, WOPR también termina sufriendo algún problema de "psíquico". Pero otro aspecto interesante de la película viene dado por cierta ambigüedad: como espectadores no podemos saber si WOPR confunde la realidad, es decir descree de las señales que provienen de sus sensores externos (sentidos) para dejarse llevar por el mecanismo interno de su algoritmo ¿Confunde WOPR el juego con la realidad? ¿Alucina? (un concepto que hoy es actual en relación a la IA, pero en sentido más laxo). O por el contrario WOPR sabe que está jugando una simulación y son los personajes los que creen asistir a una escalada peligrosamente real. No podemos asegurar si WOPR habría llegado a accionar el misíl que la película nos muestra, aunque tememos que sí lo habría hecho y que la simulación no era tan solo eso, un juego en modo dry-run. Esta ambigüedad se cierra hacia el fin del film, para liberarnos de la tensión a la que el relato nos tuvo sometidos durante largo rato.
Los efectos
Hemos revisado algunos efectos de la película, en las críticas de cine y en un programa especializado de 1984, The Computer Chronicles.
El hecho de que rápidamente la película apareciera en emisiones o medios especializados es una muestra de cómo iría convirtiéndose en una referencia o en una "peli de culto" para la comunidad técnica. Los hackers no veían ninguna poesía anti-máquina en la película, por el contrario podían considerar todo eso como la exageración que hace de toda historia atractiva. Lo que más importaba para ellos eran las capacidades de acceso e intercambio (autorizado o no), es decir toda la potencialidad de la computadora, el objeto de deseo.
Otra muestra de la fuerza con que la película dejó su impronta en la imaginación y los productos de las comunidades científicas y técnicas en los años '80 y posiblemente en lo sucesivo la encontré recientemente cuando analicé el sistema operativo 4.2BSD de 1983. Esa versión de la distribución Unix desarrollada en la Universidad de California en Berkeley (De allí sus siglas> Berkeley Software Distribution) fue liberada en agosto de 1983, unos pocos meses después del estreno de la película. Como particularidad, esa versión de BSD fue la primera en incluir la pila de protocolos TCP/IP. La agencia DARPA (dependiente del Departamento de Defensa de los Estados Unidos) había elegido a BSD como el UNIX en el que se implementaría oficialmente el nuevo protocolo TCP/IP. Aquel año, 1983 DARPA estableció que ocurriría la transición de los antiguos protocolos de ARPANET (NCP y BBN 1822) a TCP/IP. Internet como la conoceríamos estaba tomando forma.
En otro lugar he analizado algunas de las particularidades históricas de 4.2BSD, el resultado de esa experiencia puede verse en este video: "El primer TCP/IP productivo corriendo en 4.2 BSD y funcionando, 40 años después". La experiencia fue realizada a partir de cintas originales que se preservaron con 4.2BSD.
En lo que respecta a 4.2BSD y WarGames, lo interesante es que el equipo de científicos que trabajó en la creación de la distribución incluyó algunas referencias a la película. El "Mensaje del día" (MOTD) que se mostraba a cada usuario luego de que hubieran ingresado exitosamente sus credenciales era "¿Querés jugar a un juego?". El mismo que recibió David en la ficción, luego de que consiguiera acceder a WOPR.
Otro hecho también resulta sumamente interesante. El archivo de usuarios /etc/passwd contiene los nombre de varias celebridades de la historia de Unix, por ejemplo Dennis Ritchie, Kirk McKusick, Bill Joy, Eric Alman, entre otros. Pero hay un usuario más en la lista, llamado "falcon", fonéticamente muy similar a "falken" (el científico de la ficción). Su contraseña además es la misma que en la película, es decir uno puede "loguearse" en 4.2BSD usando las mismas credenciales que David dedujo en la ficción aplicando hoy las técnicas que denominamos como "ingeniería social".
"Juegos de Guerra" dejó una huella profunda no solo en la imaginación hacker (lo que sería difícil de demostrar) sino también en sus sistemas operativos. A partir de aquellos años BSD se convertiría en el UNIX "hacker" por antonomasia, hasta la llegada de Linux/GNU a principios de los años '90.
Cierre: "la única forma de ganar es no jugar"
En 4.2BSD (agosto de 1983) un usuario cualquiera podía identificarse con las credenciales del Profesor Falken e inmediatamente después aparecía en la consola la pregunta "¿Querés jugar a un juego?", si su respuesta era afirmativa seguía el mensaje: "Curioso, la única forma de ganar es no jugar". Aquella frase extraída de la película, parece referir a la situación conocida como "Zugzwang" en ajedrez.
En los años '80 ya se pensaba que la Inteligencia Artificial había llegado a un estadio de su desarrollo que podría ser explotada comercialmente. En aquel tiempo se denominaba a algunas de esas aplicaciones como "sistemas expertos". Pero aún no podía interactuar con alguna aplicación de IA utilizando el lenguaje natural. No había capacidad de cómputo aún para semejante cosa.
Hoy las aplicaciones de IA generativa, basadas en grandes modelos de lenguaje (chatGPT es la cara más visible) están en el centro de la escena. Curiosamente, hemos llegado al punto en que voces destacadas están advirtiendo sobre algunos peligros de la IA, con una situación similar al "Zugzwang". Para ellos sería necesario parar la pelota: no jugar por un tiempo como una forma de salir indemnes colectivamente ¿Será porque acaso se habría ido demasiado lejos?
De momento, pareciera que estamos lejos de HAL o de WOPR, pero siempre es difícil hacer predicciones, en especial hablando del futuro.
Matías Gutierrez Reto (retux), junio 2023
Referencias:The Computer Chronicles "Computer Security", marzo 1984.
Roger Ebert: Wargames Review (1983)
Rita Kempley: "WarGames: Tense and Suspenful".
How the ARPANET protocols worked
Si te interesa la historia de la tecnología, quizá te interese "Piensa Abierto: Una historia del software de código abierto y libre.
"WarGames" o "Juegos de Guerra" es copyright de MGM/UA, dirigida por John Badham con guión de Lawrence Lasker y Walter F. Parkes, estrenada en junio de 1983
Continuar »domingo, 28 de mayo de 2023
Las cosas que aprendí en los discos (Parte 2): la escucha y los puentes
En esta serie de artículos, titulada "Las cosas que aprendí en los discos" me permito ver el mundo, sentado en camiseta desde mi propio patio mientras me tomo un vermout.
A veces intentando evitar la auto-referencialidad aunque en ocasiones haré lo contrario de manera deliberada, no como licencia sino como un intento de encontrar qué puede haber de común o de diferente entre nuestras maneras de ver y estar en el mundo.
¿Qué era ser joven?
Ser joven debió haber sido una experiencia muy diferente para la generación de nuestros padres. Cuando hablo de "mi generación", me refiero a aquellos que nacimos entre los años '70 y mediados de los años '80 del siglo pasado. Para la generación de nuestros padres "ser joven" suponía la existencia de una brecha insalvable entre ellos y las generaciones que los precedieron. En relación a la música, el tango les podía resultar absolutamente ajeno, quizá con alguna excepción del tango más experimental de Piazzolla y Rovira. Como música de consumo, el tango no era algo que sintieran que les pertenecía, más bien al contrario.
"Ser joven" resultaba acaso una experiencia dolorasamente de choque. En carne propia percibían que sus libertades estaban directamente limitadas por el simple hecho de ser jóvenes. En países con democracias atrasadas o lisa y llanamente sin demasiada democracia, ser joven era penosamente entrar en choque con una sociedad que veía al cambio como algo hostil. Bastaba llevar el pelo largo.
La canción de Belchior, un patriarca de la MPB (Música Popular Brasileira), que sirve de título para esta serie de textos decía:
"Ellos vencieron,
Y el semáforo está cerrado, para nosotros
que somos jóvenes".
Existía pues una enorme brecha generacional en términos de estilos de vida y maneras de ver el mundo.
Belchior podía lamentarse:
"A pesar de todo lo que hemos hecho,
Todavía somos los mismos y vivimos,
como nuestros padres".
En su canción -la cual fue amplificada por los ecos masivos que tuvo la versión que de ella hiciera Elis Regina, y muchos años después también su hija, Maria Rita- se siente en el viento la llegada de algo nuevo ("una nueva estación"), seguramente una huella del Dylan "profeta de una generación", el de "The Times They are a-changing" y de "Blowin' in the Wind".
Incluso en las sociedades con democracias más avanzadas el panorama en ciertos aspectos no era diametralmente opuesto, en algunas de ellas llevar el pelo largo no te haría objeto de persecución policial.
Al respecto se puede escuchar a The Who:
"People try to put us d-down
Just because we get around
Things they do look awful c-cold
Yeah, I hope to die before I get old"
"La gente trata de ningunearnos
solo porque nos movemos
Las cosas que hacen se ven feas y frías
Espero morir antes de llegar a viejo"
Se trata de "My Generation", canción que The Who grabó primero como simple en 1964, que poco después dio título al álbum "The Who sings My Generation". En ese momento, Roger Daltrey y Townshend tenían 19 años.
Como tantas otras, la canción convoca el tema de cómo alguien joven puede hacerse de un lugar propio en una sociedad, que a los 20 te parece de gente "vieja". Y ellos (The Who) eran crudamente directos: sería mejor morir antes que llegar a parecerse a ellos. Las generaciones previas los "ninguneaban" o simplemente no los entendían.
Yo descubrí ese disco cuando también tenía 18, solo que habían pasado unos treinta desde que ese álbum se había lanzado en el Reino Unido. Y esas mismas preguntas te acompañan a esa edad ¿Qué diablos voy a hacer? ¿A qué me voy a dedicar? O incluso más existencialmente tu propia identidad aún está "en construcción" (si es que acaso esa construcción cesa alguna vez). Como parte de una beca que mi escuela secundaria tenía (la escuela técnica 28, República Francesa) estabamos comenzando a tener nuestros primeros trabajos rentados como técnicos en electrónica. Fue el último año que en la Argentina hubo servicio militar obligatorio y recuerdo bien canturrear "The Kids are Alright" mientras iba en colectivo al regimiento de Patricios. Pero volvamos a la música.
El simple "My Generation" de The Who muestra a las claras haber sido grabado con urgencia. Con algunos "descuidos" o errores, que de manera algo fortuita le vinieron bien a ese caracter crudo, duro y urgente de la canción: las cosas hay que decirlas como sea, hacerla prolija hubiera supuesto parecerse a "ellos", los que estuvieron aquí antes, los "viejos". Incluso dice la historiografía que Daltrey tartamudeó mientras la grababa, porque no había ensayado demasiado el tema. Para los productores ese tartamudeo fue un hallazgo inesperado y la versión definitiva lo incluyó sin dudarlo. Se dice además que la BBC no difundía en un principio el simple porque podía llegar a ofender a las personas tartamudas. Por supuesto más tarde revisó esa decisión y dió marcha atrás con la medida cuando el tema comenzó a ganar populararidad.
La letra de la canción es urgente en el mismo sentido, es el manifiesto crudo y duro de una generación. Lo que importaba era enunciar el manifiesto: "estos somos nosotros (mi generación)", del otro lado de la frontera están los otros. Ese gesto, seguramente entre algunos otros, tiempo después sentó las bases del punk.
"My Generation" dinamita puentes. La imagen de Townshend en escena, rompiendo guitarras y amplificadores, contribuyó a construir ese retrato: una forma de dinamitar en escena, romperlo todo. El sentimiento todos lo reconocemos bien, querer dinamitar puentes es propio de nuestra/s adolescencia/s.
En algunos países de América Latina, como el mío, ese sentimiento adolescente derivó en muchas tragedias individuales y algunas colectivas.
En cambio, Belchior no quería dinamitar los puentes que podrían cerrar la brecha generacional. Lamentaba:
"Todavía somos los mismos y vivimos, como nuestros padres. Nuestros ídolos todavía son los mismos, y las apariencias, las apariencias, no engañan, no".
El cantor cearense señalaba la tensión entre el pasado y lo "nuevo", junto a las dificultades para que al fin esa "nueva estación", el tiempo de los jóvenes, llegara.
Exacerbar las diferencias siempre lleva a dinamitar puentes.
Entre la generación de los jóvenes The Who, la cual podemos identificar aproximadamente con la de nuestros padres, y nuestra generación, los que nacimos posiblemente entre mediados de los años '70 y principios de los '80 algo ha cambiado. La brecha generacional entre nosotros y las generaciones de nuestros hijos se ha acortado. Por supuesto, no sin que persistan algunas diferencias, que siempre las habrá. Pero la brecha como tal ya no es la misma.
La música nos ha ayudado a tender puentes entre nuestra propia generación y la de nuestros hijos. Posiblemente el gaming> (el hecho de compartir jugar videojuegos) también haya contribuido en la misma dirección.
My Back Pages
Con toda canción siempre existe una pluralidad de escuchas, determinadas formas en que el intéprete final, el sujeto que escucha, construye el sentido de ese tema musical, como resultado de lo puramente musical, la letra de la canción, las críticas, y un largo etcétera. Que haya una pluralidad de "escuchas" posibles (como son variadas las lecturas de una novela literaria, por ejemplo) no significa que aquellas sean infinitas.
Respecto a esta canción de Bob Dylan que es contemporánea de "My Generation" (fue publicada en 1964) existen algunas "lecturas" biograficistas que tienden a escuchar en esa canción la voz de un Dylan que pone en términos poéticos su adiós definitivo a su pasado de "profeta" de la canción de protesta, y transitivamente como profeta de toda una generación.
Otra lectura es igualmente factible: la que implica pensar que el "yo" (poético) de "My Back Pages" no tiene por qué coincidir con el Dylan de carne y hueso que en 1964 tenía 23 años.
Considerar la posibilidad de ese desdoblamiento entre la voz cantante y el "yo" coyuntural del autor es perfectamente válido y de hecho acerca la canción popular a otras artes, por ejemplo, al teatro o el cuento. Nadie en su sano juicio confundiría la voz del personaje, con la del "yo" biográfico de un actor o una actriz en escena. La voz, en algunas de las canciones populares puede tener un funcionamiento similar.
Habrá pues voces "testimoniales" en las que el "yo" cantante tiende a coincidir en apariencia con el "yo" contemporáneo del intérprete. Por supuesto, el paso del tiempo hará más complejo ese juego de relaciones.
Con la interpretación biograficista de "My Back Pages" se puede coincidir en el hecho que en que la canción marca un antes y un después en la carrera de Dylan. Probablemente muestra a las claras cómo a partir de ese momento las "voces" y los "yos" que el Dylan intéprete irá construyendo a lo largo de su carrera se iría constituyendo en una lista larga de enumerar.
Nadie duda tampoco que la "voz" del narrador de una novela no tiene por qué coincidir necesariamente con la de su autor. Resulta pues factible suponer que la voz de "My Back Pages" es la de otro Dylan, no la de aquel joven de 23 años, sino alguien que en su madurez observa cuánta agua del río ha visto correr bajo el puente:
"Prejuicios medio arruinados saltaban a la vista
¡Expulsen todo el odio! Grité.
Mentira que la vida sea en blanco y negro,
Habló mi cabeza, soñé,
aventuras románticas de mosqueteros
de algún modo, profundamente asentadas.
Ah pero yo entonces era mucho más viejo,
soy más joven que eso ahora".
La vida no es en "blanco y negro" (como sí lo era en "My Generation"), "antes yo era más viejo, ahora soy más joven". Es la voz de un hombre en su madurez.
Ambas lecturas son posibles, tal vez no excluyentes: la biograficista y la del yo desdoblado.
La canción que Dylan grabó en 1964 y se incluyó en el álbum "Another Side of Bob Dylan", también produce un cierto efecto de urgencia. Como fue grabada en directo, contiene algunas imperfecciones. En ese aspecto se asemeja a "My Generation". Sin embargo, el resultado producido es muy diferente a los sentidos que pone en movimiento la canción de The Who. En "My Back Pages" se puede envejecer rejuvenecido. Se podría rejuvencer en la madurez a partir de las experiencias no reveladas por los relatos ajenos. Está claro que este "rejuvenecer" no tiene nada que ver con el cuerpo, sino que sería resultado de la experiencia en recorrer el camino.
De ese modo, esa lectura de "My Back Pages" tiende puentes: no hay que morir antes de llegar a viejo, se puede ser cada vez más joven ¿Cada vez más sabio?
Posteriormente, la versión original grabada por Dylan, en su aparente crudeza y urgencia fue realimentada a lo largo de los años con los covers. Cuando The Byrds grabó la canción en 1967 ya no fue la misma en lo sucesivo. De hecho, cuando el dream team compuesto por Petty, Young, Harrison, McGuinn, Clapton, entre otros la tocaron en vivo para el concierto que conmemoró los treinta años de carrera de Dylan en 1992, la versión que pusieron en escena fue la de The Byrds.
Ese efecto de desdoblamiento de la voz, no es para nada exclusivo de las canciones que revisamos. Un efecto similar por ejemplo puede escucharse en otra canción de la misma época: "In My Life" de The Beatles. Un Lennon que para la época de Rubber Soul tiene apenas algo más de veinte años. Sin embargo en el "yo" de la canción, esa voz mira retrospectivamente sus páginas pasadas ¿De juventud?. Es acaso por ello que la canción cobra un espesor muy diferente y complejo cuando la grabó Johnny Cash para la serie de "American Recordings" hacia el final de su carrera.
Ciertas canciones populares, como las citadas tienen la capacidad de envejecer mejor con nosotros. Las razones por las que no es el caso de "My Generation" saltan a la vista (o al oido). Por supuesto ese hecho no implica un juicio de valor, no es que unas canciones sean "mejores" y otras "peores". Simplemente ponen en escenas diferentes miradas del mundo, unas pueden tender puentes, otras dinamitarlos. Recuérdese si no aquella canción de Sumo "Estoy rodeado de viejos vinagres".
La música nos viene ayudando a tres o cuatro generaciones a achicar la brecha generacional, entre abuelos, hijos y nietos. Vieron, los Who podían estar equivocados, pero ¿Quién no lo estuvo alguna vez durante su adolescencia?
Las canciones: (Los derechos corresponden a sus propietarios)
My Generation (Pete Townshend)
Como nossos pais (Belchior)
My Back Pages (Dylan). Interpretada por el dream team.
In My Life (Lennon-McCartney). Interpretada por Johnny Cash.
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"Nao quero lhe falar meu grande amor,
Das coisas que aprendi nos discos.
Quero lhe contar tudo o que eu vivi
E tudo o que aconteceu comigo"
(Belchior)
¿Qué era ser joven?
Ser joven debió haber sido una experiencia muy diferente para la generación de nuestros padres. Cuando hablo de "mi generación", me refiero a aquellos que nacimos entre los años '70 y mediados de los años '80 del siglo pasado. Para la generación de nuestros padres "ser joven" suponía la existencia de una brecha insalvable entre ellos y las generaciones que los precedieron. En relación a la música, el tango les podía resultar absolutamente ajeno, quizá con alguna excepción del tango más experimental de Piazzolla y Rovira. Como música de consumo, el tango no era algo que sintieran que les pertenecía, más bien al contrario.
"Ser joven" resultaba acaso una experiencia dolorasamente de choque. En carne propia percibían que sus libertades estaban directamente limitadas por el simple hecho de ser jóvenes. En países con democracias atrasadas o lisa y llanamente sin demasiada democracia, ser joven era penosamente entrar en choque con una sociedad que veía al cambio como algo hostil. Bastaba llevar el pelo largo.
La canción de Belchior, un patriarca de la MPB (Música Popular Brasileira), que sirve de título para esta serie de textos decía:
"Ellos vencieron,
Y el semáforo está cerrado, para nosotros
que somos jóvenes".
Existía pues una enorme brecha generacional en términos de estilos de vida y maneras de ver el mundo.
Belchior podía lamentarse:
"A pesar de todo lo que hemos hecho,
Todavía somos los mismos y vivimos,
como nuestros padres".
En su canción -la cual fue amplificada por los ecos masivos que tuvo la versión que de ella hiciera Elis Regina, y muchos años después también su hija, Maria Rita- se siente en el viento la llegada de algo nuevo ("una nueva estación"), seguramente una huella del Dylan "profeta de una generación", el de "The Times They are a-changing" y de "Blowin' in the Wind".
Incluso en las sociedades con democracias más avanzadas el panorama en ciertos aspectos no era diametralmente opuesto, en algunas de ellas llevar el pelo largo no te haría objeto de persecución policial.
Al respecto se puede escuchar a The Who:
"People try to put us d-down
Just because we get around
Things they do look awful c-cold
Yeah, I hope to die before I get old"
"La gente trata de ningunearnos
solo porque nos movemos
Las cosas que hacen se ven feas y frías
Espero morir antes de llegar a viejo"
Se trata de "My Generation", canción que The Who grabó primero como simple en 1964, que poco después dio título al álbum "The Who sings My Generation". En ese momento, Roger Daltrey y Townshend tenían 19 años.
Como tantas otras, la canción convoca el tema de cómo alguien joven puede hacerse de un lugar propio en una sociedad, que a los 20 te parece de gente "vieja". Y ellos (The Who) eran crudamente directos: sería mejor morir antes que llegar a parecerse a ellos. Las generaciones previas los "ninguneaban" o simplemente no los entendían.
Yo descubrí ese disco cuando también tenía 18, solo que habían pasado unos treinta desde que ese álbum se había lanzado en el Reino Unido. Y esas mismas preguntas te acompañan a esa edad ¿Qué diablos voy a hacer? ¿A qué me voy a dedicar? O incluso más existencialmente tu propia identidad aún está "en construcción" (si es que acaso esa construcción cesa alguna vez). Como parte de una beca que mi escuela secundaria tenía (la escuela técnica 28, República Francesa) estabamos comenzando a tener nuestros primeros trabajos rentados como técnicos en electrónica. Fue el último año que en la Argentina hubo servicio militar obligatorio y recuerdo bien canturrear "The Kids are Alright" mientras iba en colectivo al regimiento de Patricios. Pero volvamos a la música.
El simple "My Generation" de The Who muestra a las claras haber sido grabado con urgencia. Con algunos "descuidos" o errores, que de manera algo fortuita le vinieron bien a ese caracter crudo, duro y urgente de la canción: las cosas hay que decirlas como sea, hacerla prolija hubiera supuesto parecerse a "ellos", los que estuvieron aquí antes, los "viejos". Incluso dice la historiografía que Daltrey tartamudeó mientras la grababa, porque no había ensayado demasiado el tema. Para los productores ese tartamudeo fue un hallazgo inesperado y la versión definitiva lo incluyó sin dudarlo. Se dice además que la BBC no difundía en un principio el simple porque podía llegar a ofender a las personas tartamudas. Por supuesto más tarde revisó esa decisión y dió marcha atrás con la medida cuando el tema comenzó a ganar populararidad.
La letra de la canción es urgente en el mismo sentido, es el manifiesto crudo y duro de una generación. Lo que importaba era enunciar el manifiesto: "estos somos nosotros (mi generación)", del otro lado de la frontera están los otros. Ese gesto, seguramente entre algunos otros, tiempo después sentó las bases del punk.
"My Generation" dinamita puentes. La imagen de Townshend en escena, rompiendo guitarras y amplificadores, contribuyó a construir ese retrato: una forma de dinamitar en escena, romperlo todo. El sentimiento todos lo reconocemos bien, querer dinamitar puentes es propio de nuestra/s adolescencia/s.
En algunos países de América Latina, como el mío, ese sentimiento adolescente derivó en muchas tragedias individuales y algunas colectivas.
En cambio, Belchior no quería dinamitar los puentes que podrían cerrar la brecha generacional. Lamentaba:
"Todavía somos los mismos y vivimos, como nuestros padres. Nuestros ídolos todavía son los mismos, y las apariencias, las apariencias, no engañan, no".
El cantor cearense señalaba la tensión entre el pasado y lo "nuevo", junto a las dificultades para que al fin esa "nueva estación", el tiempo de los jóvenes, llegara.
Exacerbar las diferencias siempre lleva a dinamitar puentes.
Entre la generación de los jóvenes The Who, la cual podemos identificar aproximadamente con la de nuestros padres, y nuestra generación, los que nacimos posiblemente entre mediados de los años '70 y principios de los '80 algo ha cambiado. La brecha generacional entre nosotros y las generaciones de nuestros hijos se ha acortado. Por supuesto, no sin que persistan algunas diferencias, que siempre las habrá. Pero la brecha como tal ya no es la misma.
La música nos ha ayudado a tender puentes entre nuestra propia generación y la de nuestros hijos. Posiblemente el gaming> (el hecho de compartir jugar videojuegos) también haya contribuido en la misma dirección.
My Back Pages
Con toda canción siempre existe una pluralidad de escuchas, determinadas formas en que el intéprete final, el sujeto que escucha, construye el sentido de ese tema musical, como resultado de lo puramente musical, la letra de la canción, las críticas, y un largo etcétera. Que haya una pluralidad de "escuchas" posibles (como son variadas las lecturas de una novela literaria, por ejemplo) no significa que aquellas sean infinitas.
Respecto a esta canción de Bob Dylan que es contemporánea de "My Generation" (fue publicada en 1964) existen algunas "lecturas" biograficistas que tienden a escuchar en esa canción la voz de un Dylan que pone en términos poéticos su adiós definitivo a su pasado de "profeta" de la canción de protesta, y transitivamente como profeta de toda una generación.
Otra lectura es igualmente factible: la que implica pensar que el "yo" (poético) de "My Back Pages" no tiene por qué coincidir con el Dylan de carne y hueso que en 1964 tenía 23 años.
Considerar la posibilidad de ese desdoblamiento entre la voz cantante y el "yo" coyuntural del autor es perfectamente válido y de hecho acerca la canción popular a otras artes, por ejemplo, al teatro o el cuento. Nadie en su sano juicio confundiría la voz del personaje, con la del "yo" biográfico de un actor o una actriz en escena. La voz, en algunas de las canciones populares puede tener un funcionamiento similar.
Habrá pues voces "testimoniales" en las que el "yo" cantante tiende a coincidir en apariencia con el "yo" contemporáneo del intérprete. Por supuesto, el paso del tiempo hará más complejo ese juego de relaciones.
Con la interpretación biograficista de "My Back Pages" se puede coincidir en el hecho que en que la canción marca un antes y un después en la carrera de Dylan. Probablemente muestra a las claras cómo a partir de ese momento las "voces" y los "yos" que el Dylan intéprete irá construyendo a lo largo de su carrera se iría constituyendo en una lista larga de enumerar.
Nadie duda tampoco que la "voz" del narrador de una novela no tiene por qué coincidir necesariamente con la de su autor. Resulta pues factible suponer que la voz de "My Back Pages" es la de otro Dylan, no la de aquel joven de 23 años, sino alguien que en su madurez observa cuánta agua del río ha visto correr bajo el puente:
"Prejuicios medio arruinados saltaban a la vista
¡Expulsen todo el odio! Grité.
Mentira que la vida sea en blanco y negro,
Habló mi cabeza, soñé,
aventuras románticas de mosqueteros
de algún modo, profundamente asentadas.
Ah pero yo entonces era mucho más viejo,
soy más joven que eso ahora".
La vida no es en "blanco y negro" (como sí lo era en "My Generation"), "antes yo era más viejo, ahora soy más joven". Es la voz de un hombre en su madurez.
Ambas lecturas son posibles, tal vez no excluyentes: la biograficista y la del yo desdoblado.
La canción que Dylan grabó en 1964 y se incluyó en el álbum "Another Side of Bob Dylan", también produce un cierto efecto de urgencia. Como fue grabada en directo, contiene algunas imperfecciones. En ese aspecto se asemeja a "My Generation". Sin embargo, el resultado producido es muy diferente a los sentidos que pone en movimiento la canción de The Who. En "My Back Pages" se puede envejecer rejuvenecido. Se podría rejuvencer en la madurez a partir de las experiencias no reveladas por los relatos ajenos. Está claro que este "rejuvenecer" no tiene nada que ver con el cuerpo, sino que sería resultado de la experiencia en recorrer el camino.
De ese modo, esa lectura de "My Back Pages" tiende puentes: no hay que morir antes de llegar a viejo, se puede ser cada vez más joven ¿Cada vez más sabio?
Posteriormente, la versión original grabada por Dylan, en su aparente crudeza y urgencia fue realimentada a lo largo de los años con los covers. Cuando The Byrds grabó la canción en 1967 ya no fue la misma en lo sucesivo. De hecho, cuando el dream team compuesto por Petty, Young, Harrison, McGuinn, Clapton, entre otros la tocaron en vivo para el concierto que conmemoró los treinta años de carrera de Dylan en 1992, la versión que pusieron en escena fue la de The Byrds.
Ese efecto de desdoblamiento de la voz, no es para nada exclusivo de las canciones que revisamos. Un efecto similar por ejemplo puede escucharse en otra canción de la misma época: "In My Life" de The Beatles. Un Lennon que para la época de Rubber Soul tiene apenas algo más de veinte años. Sin embargo en el "yo" de la canción, esa voz mira retrospectivamente sus páginas pasadas ¿De juventud?. Es acaso por ello que la canción cobra un espesor muy diferente y complejo cuando la grabó Johnny Cash para la serie de "American Recordings" hacia el final de su carrera.
Ciertas canciones populares, como las citadas tienen la capacidad de envejecer mejor con nosotros. Las razones por las que no es el caso de "My Generation" saltan a la vista (o al oido). Por supuesto ese hecho no implica un juicio de valor, no es que unas canciones sean "mejores" y otras "peores". Simplemente ponen en escenas diferentes miradas del mundo, unas pueden tender puentes, otras dinamitarlos. Recuérdese si no aquella canción de Sumo "Estoy rodeado de viejos vinagres".
La música nos viene ayudando a tres o cuatro generaciones a achicar la brecha generacional, entre abuelos, hijos y nietos. Vieron, los Who podían estar equivocados, pero ¿Quién no lo estuvo alguna vez durante su adolescencia?
Matías Gutierrez Reto
Las canciones: (Los derechos corresponden a sus propietarios)
My Generation (Pete Townshend)
Como nossos pais (Belchior)
My Back Pages (Dylan). Interpretada por el dream team.
In My Life (Lennon-McCartney). Interpretada por Johnny Cash.
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domingo, 12 de diciembre de 2021
Prácticas profesionalizantes. Una experiencia personal.
Actualmente se discute la implementación de "prácticas profesionalizantes" como parte obligatoria de la currícula de las escuelas secundarias de la ciudad de Buenos Aires. Esto no es opinión acerca de política partidaria. Es mi modesta experiencia como técnico en electrónica, y de haber formado parte como alumno del Plan Piloto de la Escuela Técnica número 28 República Francesa, acaso más conocido como "el Cuba". Imagino que la experiencia ha sido compartida por muchos más compañeros, pero por supuesto, las opiniones que siguen son estrictamente personales, no así los hechos.
Esto es hablar de mi generación (Oh The Who!) pero también de las que están por venir.
No suelo escribir en este espacio artículos de opinión acerca de la actualidad o de la política local. Si este artículo se refiere a temas públicos el lector encontrará mis razones en seguida. Me sentí inclinado y obligado a hacerlo en relación al proyecto de "prácticas profesionalizantes" en las escuelas secundarias que impulsa el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para implementar durante el año lectivo 2022. El tema me interpela personalmente y a muchos otros amigos de mi generación (oh The Who). Fui alumno de la Escuela Técnica número 28 "República Francesa", conocida como "el Cuba" por estar ubicada en la intersección de Cuba y Blanco Encalada en el barrio de Belgrano.
Como debe ocurrir a mucha gente, las amistades que construímos a la edad (que ya nos parece algo lejana) en la que cursábamos la secundaria, siguen siendo nuestros amigos de hoy. Casi tres décadas después seguimos siendo amigos con el mismo grupo de muchachos con los que cursamos en el Cuba. Con esto quiero decir que mucho de la construcción de nuestra identidad se juega en esos años de adolescencia.
Supongo que a nosotros, los técnicos egresados de las escuelas técnicas este proyecto nos interpela directamente porque en mayor o menor medida podemos dar testimonio de cómo la práctica profesional en empresas tuvo un impacto positivo en nuestras carreras profesionales y en nuestras vidas en general.
Como alumnos de la técnica 28, en actos o discursos escolares escuchamos noticias acerca de su fundación: la escuela se fundó en la década del cuarenta como parte de las llamadas "escuelas fábrica", que posteriormente pasaron a denominarse "industriales" y luego "escuelas técnicas". Esas distintas denominaciones dan cuenta de su propio desarrollo y de las transformaciones de la sociedad de que forman parte.
En los discursos que escuchábamos, especialmente en aquellos que destacaban los inicios como "escuela fábricas" solía subrayarse la conexión directa entre la escuela con eso que genéricamente se denomina "el mundo del trabajo". Ese "mundo" lo conforman las empresas privadas y algunos organismos públicos.
Cuando a nosotros nos tocó cursar en el Cuba, de forma similar a como ocurre hoy en día, el ciclo estaba dividido en tres partes: ciclo básico (3 años), ciclo superior (3 años) en los que se intensificaban el aprendizaje de temas técnicos y el sexto año de la cursada se cursaba en el turno noche, porque durante el día se realizaba una pasantía en empresas.
Hoy a este tipo de planes suelen denominarlos "prácticas profesionaizantes". Cuando a nosotros nos tocó cursar el sexto año, en la primera mitad de los años noventa, aún se denominaba a este programa de pasantías como el "Plan Piloto".
En aquel momento el "Plan Piloto" ya tenía más de dos décadas de desarrollo. Se había puesto en marcha en 1967, como iniciativa del CONET (Comité Nacional de Educación Técnica) e impulsado definitivamente por el profesor Julio E. Ambrosini. También director de la escuela por aquellos años en que nosotros empezamos a cursar si no me equivoco. Hoy una placa en la escuela recuerda el tesón con el que impulsó el desarrollo del Plan.
El Plan surgió a la luz de las teorías y políticas desarrollistas, pero su existencia las trascendió largamente.
Por otra parte, eran aquellos años que se percibían como punto de inflexión en lo relativo a la tecnología. Se percibía que algo nuevo estaba por venir: ya se podían entrever algunos de los efectos duraderos que tendría la microelectrónica y la miniaturización sobre la cultura. La electrónica (hoy podríamos decir el hardware) se volvería ubicuo en nuestras vidas cotidianas. Todavía el equipo liderado por Federico Faggin en Intel no había presentado el 4004, el primer microprocesador. Ese hecho ocurrió en 1971, pero previo a ese hecho fundamental el transistor había delineado el camino de la progresiva miniaturización y el advenimiento de la electrónica de consumo.
Mi amigo y compañero de curso Hernán M. hace unos días nos compartió en nuestro grupo de chat lo que encontró en algún lugar de la web. Se trata del número 4 de la revista de la escuela, la cual se titulaba simplemente "Electrónica". La misma data de 1967 e incluía algunos artículos técnicos sobre las "computadoras digitales", "aplicaciones del rayo láser en comunicación", entre otros. Sin embargo, el artículo que me interesa aquí es uno que llevaba la firma del profesor Julio E. Ambrosini: "La realidad del Plan Piloto". El citado artículo comenzaba:
"El mundo vive desde hace algunos años dentro de lo que podríamos denominar una era tecnológica acelerada y, Argentina, país rico y con grandes posibilidades no puede mantenerse al margen de este proceso. Por ello debe preparar a sus técnicos adecuadamente, contando con los recursos materiales necesarios, ya que los humanos existen por la calidad de nuestro pueblo".
Según se señala en la revista, desde los años sesenta la escuela contaba con un comité asesor de ingenieros de IBM, Bull-General Electric y Rand Corporation. Sin embargo para 1967 esa iniciativa estaba institucionalizándose con el apoyo del CONET en el Plan Piloto.
El Plan se basaba en un principio pragmático: por mejor equipados que estuvieran los laboratorios de la escuela, siempre irían a la zaga de la industria.
Aún Neil Armstrong y Buzz Aldrin no habían pisado el suelo lunar, pero podía entreverse la exponencial estampida del progreso que vendría.
Cuando nos tocó cursar el sexto año a nosotros, en 1992, la industria electrónica en Argentina era bastante diferente a la descrita en el número de la revista "Electrónica".
En lo personal ¿Cuáles fueron algunos de los resultados del Plan Piloto para nosotros? El plan establecía una práctica en una empresa que uno como alumno podía elegir y dependiendo de sus calificaciones la empresa realizaba algún mecanismo de selección. Por ejemplo aquellos con mejores calificaciones podían llegar a hacer la práctica en IBM o Hewllet-Packard o alguna otra gran organización. Había un lugar para cada uno en una empresa.
También dependiendo de cada empresa esta podía determinar si la pasantía era rentada o no. Creo que en la mayor parte de ellas lo era. Con 17 o 18 años pasabas a cobrar tus primeros sueldos y eso de pronto te permitía sentirte como un dandy: descubrías que podías tener autonomía e independencia, pagarte las salidas de los sábados, no depender en eso de tus padres. Podías comprarte CDs en las disquerías sin depender de algún peso que te pudiera regalar alguien de tu familia. Eran años de cierta estabilidad monetaria y eso te permitía ahorrar.
Después de aquel primer año de trabajo, algunos nos aventuramos a viajar solos al extranjero por primera vez y conocer otras culturas. Todo gracias al Plan Piloto.
El Plan ofrecía una práctica profesionalizante en un empleo a tiempo parcial.
Ese debió ser para muchos de nosotros, mirándolo retrospectivamente, el primer año del resto de nuestras vidas, en la medida en que ibamos cruzando el puente entre el mundo de la escuela y ese más allá que eran el mundo del trabajo y los estudios universitarios.
Ese año, por otra parte, nos divertimos muchísimo. La empresa significaba conocer personas e interactuar en otras situaciones, hasta entonces desconocidas.
Creo que sin temor a equivocarme la gran mayoría de los que formamos parte de aquellas promociones continuó estudiando en la universidad sin dejar de trabajar. Pero por sobre todo tuvimos la enorme ventaja de no haber parado de trabajar desde entonces.
Por supuesto, nada es perfecto. Pero en líneas generales los efectos del Plan Piloto en nuestras carreras y vidas fueron positivos.
Hoy leo algunos argumentos de los que se oponen al proyecto de las prácticas profesionalizantes y dudo realmente de la buena fe de algunas de ellas. Por ejemplo, se sostiene que los alumnos pasarían a convertirse en "mano de obra barata" que las empresas aprovecharían.
Tengo la impresión, cuando escucho o leo "fuerza de trabajo", "mano de obra", que esas personas tienen una idea del trabajo más propia del siglo XIX que del XXI. Hoy, por elemental que algún trabajo sea este requiere conocimientos y habilidades técnicas y sociales. Por fortuna, la idea del trabajador pegado a la línea de montaje ya no forma parte del paisaje actual.
Otros argumentos simplistas sostienen que los pibes (y pibas) del secundario "van a sacarle el trabajo a trabajadores establecidos". De nuevo, este argumento cae de maduro. Ningún chico que esté haciendo una pasantía puede equiparar en conocimientos a alguien con años de experiencia en un trabajo. Es conocida y probada la teoría que indica que para convertirse en un experto en alguna cosa se requiere 10.000 horas de experiencia. Hagan las cuentas y ningún chico de secundaria podría tenerlas.
Como bien lo señalaba el profesor Ambrosini en 1967 para una empresa, "emplear" a un alumno secundario es más una inversión y un cierto riesgo asociado, que cualquier inversión conlleva. Así lo señalaba el citado artículo de la revista Electrónica:
"Hoy se encuentran colaborando empresas que se han brindado patrióticamente a poner un patrimonio millonario, una espléndida organización y un esfuerzo creador en pos de la formación de 128 alumnos que egresarán en este año 1967".
En ese proceso y con la capacitación adecuada es probable que un cierto número de alumnos puedan convertirse en empleados de nivel inicial, otros quizá no lo deseen y busquen otros caminos en otras empresas.
El nuestro es un país institucionalmente discontínuo. Primero fueron los gobiernos de facto que interrumpían el desarrollo de políticas a mediano y largo plazo, pero después los diferentes gobiernos democráticos no lograron presentar hasta el momento un panorama diferente en ese aspecto: ha sido habitual que un gobierno borre de un plumazo iniciativas de gestiones anteriores ya sea por pura ideología o por simple narcisismo ("vean ustedes que nosotros no somos aquello"). Hay pocas instituciones que hayan resistido el paso de políticas erráticas, con las que siempre se piensa en el corto plazo. Con todos los altibajos y vaivenes económicos, planes como el mencionado mantienen su relevancia.
Hoy la Argentina no es el país rico al que se refería el profesor Ambrosini en 1967. Pero sin dudas, igual que en 1967 nuestro capital humano sea lo central. Quizá por eso, hoy resulta más relevante que nunca la tarea de fortalecer los puentes entre la educación Pública, sus instituciones y las empresas ¿El riesgo? El capital humano, como el otro, viaja y emigra.
Ese mundo de cintas de montaje, música funcional y Taylorismo industrial que algunos creen que aún existe se desvaneció hace tiempo. En donde permanece será automatizado de manera irreversible, para liberar al humano de la carga mecánica.
En todo hemos sido demasiado conservadores. "Conservador" es pretender que nada cambie y por tanto que ninguna innovación pueda sobrevenir. Es dificil que nos vaya mejor si seguimos haciendo exactamente lo mismo que hemos venido haciendo mal durante este último medio siglo.
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Esto es hablar de mi generación (Oh The Who!) pero también de las que están por venir.
No suelo escribir en este espacio artículos de opinión acerca de la actualidad o de la política local. Si este artículo se refiere a temas públicos el lector encontrará mis razones en seguida. Me sentí inclinado y obligado a hacerlo en relación al proyecto de "prácticas profesionalizantes" en las escuelas secundarias que impulsa el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para implementar durante el año lectivo 2022. El tema me interpela personalmente y a muchos otros amigos de mi generación (oh The Who). Fui alumno de la Escuela Técnica número 28 "República Francesa", conocida como "el Cuba" por estar ubicada en la intersección de Cuba y Blanco Encalada en el barrio de Belgrano.
Como debe ocurrir a mucha gente, las amistades que construímos a la edad (que ya nos parece algo lejana) en la que cursábamos la secundaria, siguen siendo nuestros amigos de hoy. Casi tres décadas después seguimos siendo amigos con el mismo grupo de muchachos con los que cursamos en el Cuba. Con esto quiero decir que mucho de la construcción de nuestra identidad se juega en esos años de adolescencia.
Supongo que a nosotros, los técnicos egresados de las escuelas técnicas este proyecto nos interpela directamente porque en mayor o menor medida podemos dar testimonio de cómo la práctica profesional en empresas tuvo un impacto positivo en nuestras carreras profesionales y en nuestras vidas en general.
Como alumnos de la técnica 28, en actos o discursos escolares escuchamos noticias acerca de su fundación: la escuela se fundó en la década del cuarenta como parte de las llamadas "escuelas fábrica", que posteriormente pasaron a denominarse "industriales" y luego "escuelas técnicas". Esas distintas denominaciones dan cuenta de su propio desarrollo y de las transformaciones de la sociedad de que forman parte.
En los discursos que escuchábamos, especialmente en aquellos que destacaban los inicios como "escuela fábricas" solía subrayarse la conexión directa entre la escuela con eso que genéricamente se denomina "el mundo del trabajo". Ese "mundo" lo conforman las empresas privadas y algunos organismos públicos.
Cuando a nosotros nos tocó cursar en el Cuba, de forma similar a como ocurre hoy en día, el ciclo estaba dividido en tres partes: ciclo básico (3 años), ciclo superior (3 años) en los que se intensificaban el aprendizaje de temas técnicos y el sexto año de la cursada se cursaba en el turno noche, porque durante el día se realizaba una pasantía en empresas.
Hoy a este tipo de planes suelen denominarlos "prácticas profesionaizantes". Cuando a nosotros nos tocó cursar el sexto año, en la primera mitad de los años noventa, aún se denominaba a este programa de pasantías como el "Plan Piloto".
En aquel momento el "Plan Piloto" ya tenía más de dos décadas de desarrollo. Se había puesto en marcha en 1967, como iniciativa del CONET (Comité Nacional de Educación Técnica) e impulsado definitivamente por el profesor Julio E. Ambrosini. También director de la escuela por aquellos años en que nosotros empezamos a cursar si no me equivoco. Hoy una placa en la escuela recuerda el tesón con el que impulsó el desarrollo del Plan.
El Plan surgió a la luz de las teorías y políticas desarrollistas, pero su existencia las trascendió largamente.
Por otra parte, eran aquellos años que se percibían como punto de inflexión en lo relativo a la tecnología. Se percibía que algo nuevo estaba por venir: ya se podían entrever algunos de los efectos duraderos que tendría la microelectrónica y la miniaturización sobre la cultura. La electrónica (hoy podríamos decir el hardware) se volvería ubicuo en nuestras vidas cotidianas. Todavía el equipo liderado por Federico Faggin en Intel no había presentado el 4004, el primer microprocesador. Ese hecho ocurrió en 1971, pero previo a ese hecho fundamental el transistor había delineado el camino de la progresiva miniaturización y el advenimiento de la electrónica de consumo.
Mi amigo y compañero de curso Hernán M. hace unos días nos compartió en nuestro grupo de chat lo que encontró en algún lugar de la web. Se trata del número 4 de la revista de la escuela, la cual se titulaba simplemente "Electrónica". La misma data de 1967 e incluía algunos artículos técnicos sobre las "computadoras digitales", "aplicaciones del rayo láser en comunicación", entre otros. Sin embargo, el artículo que me interesa aquí es uno que llevaba la firma del profesor Julio E. Ambrosini: "La realidad del Plan Piloto". El citado artículo comenzaba:
"El mundo vive desde hace algunos años dentro de lo que podríamos denominar una era tecnológica acelerada y, Argentina, país rico y con grandes posibilidades no puede mantenerse al margen de este proceso. Por ello debe preparar a sus técnicos adecuadamente, contando con los recursos materiales necesarios, ya que los humanos existen por la calidad de nuestro pueblo".
Según se señala en la revista, desde los años sesenta la escuela contaba con un comité asesor de ingenieros de IBM, Bull-General Electric y Rand Corporation. Sin embargo para 1967 esa iniciativa estaba institucionalizándose con el apoyo del CONET en el Plan Piloto.
El Plan se basaba en un principio pragmático: por mejor equipados que estuvieran los laboratorios de la escuela, siempre irían a la zaga de la industria.
Aún Neil Armstrong y Buzz Aldrin no habían pisado el suelo lunar, pero podía entreverse la exponencial estampida del progreso que vendría.
Cuando nos tocó cursar el sexto año a nosotros, en 1992, la industria electrónica en Argentina era bastante diferente a la descrita en el número de la revista "Electrónica".
En lo personal ¿Cuáles fueron algunos de los resultados del Plan Piloto para nosotros? El plan establecía una práctica en una empresa que uno como alumno podía elegir y dependiendo de sus calificaciones la empresa realizaba algún mecanismo de selección. Por ejemplo aquellos con mejores calificaciones podían llegar a hacer la práctica en IBM o Hewllet-Packard o alguna otra gran organización. Había un lugar para cada uno en una empresa.
También dependiendo de cada empresa esta podía determinar si la pasantía era rentada o no. Creo que en la mayor parte de ellas lo era. Con 17 o 18 años pasabas a cobrar tus primeros sueldos y eso de pronto te permitía sentirte como un dandy: descubrías que podías tener autonomía e independencia, pagarte las salidas de los sábados, no depender en eso de tus padres. Podías comprarte CDs en las disquerías sin depender de algún peso que te pudiera regalar alguien de tu familia. Eran años de cierta estabilidad monetaria y eso te permitía ahorrar.
Después de aquel primer año de trabajo, algunos nos aventuramos a viajar solos al extranjero por primera vez y conocer otras culturas. Todo gracias al Plan Piloto.
El Plan ofrecía una práctica profesionalizante en un empleo a tiempo parcial.
Ese debió ser para muchos de nosotros, mirándolo retrospectivamente, el primer año del resto de nuestras vidas, en la medida en que ibamos cruzando el puente entre el mundo de la escuela y ese más allá que eran el mundo del trabajo y los estudios universitarios.
Ese año, por otra parte, nos divertimos muchísimo. La empresa significaba conocer personas e interactuar en otras situaciones, hasta entonces desconocidas.
Creo que sin temor a equivocarme la gran mayoría de los que formamos parte de aquellas promociones continuó estudiando en la universidad sin dejar de trabajar. Pero por sobre todo tuvimos la enorme ventaja de no haber parado de trabajar desde entonces.
Por supuesto, nada es perfecto. Pero en líneas generales los efectos del Plan Piloto en nuestras carreras y vidas fueron positivos.
Hoy leo algunos argumentos de los que se oponen al proyecto de las prácticas profesionalizantes y dudo realmente de la buena fe de algunas de ellas. Por ejemplo, se sostiene que los alumnos pasarían a convertirse en "mano de obra barata" que las empresas aprovecharían.
Tengo la impresión, cuando escucho o leo "fuerza de trabajo", "mano de obra", que esas personas tienen una idea del trabajo más propia del siglo XIX que del XXI. Hoy, por elemental que algún trabajo sea este requiere conocimientos y habilidades técnicas y sociales. Por fortuna, la idea del trabajador pegado a la línea de montaje ya no forma parte del paisaje actual.
Otros argumentos simplistas sostienen que los pibes (y pibas) del secundario "van a sacarle el trabajo a trabajadores establecidos". De nuevo, este argumento cae de maduro. Ningún chico que esté haciendo una pasantía puede equiparar en conocimientos a alguien con años de experiencia en un trabajo. Es conocida y probada la teoría que indica que para convertirse en un experto en alguna cosa se requiere 10.000 horas de experiencia. Hagan las cuentas y ningún chico de secundaria podría tenerlas.
Como bien lo señalaba el profesor Ambrosini en 1967 para una empresa, "emplear" a un alumno secundario es más una inversión y un cierto riesgo asociado, que cualquier inversión conlleva. Así lo señalaba el citado artículo de la revista Electrónica:
"Hoy se encuentran colaborando empresas que se han brindado patrióticamente a poner un patrimonio millonario, una espléndida organización y un esfuerzo creador en pos de la formación de 128 alumnos que egresarán en este año 1967".
En ese proceso y con la capacitación adecuada es probable que un cierto número de alumnos puedan convertirse en empleados de nivel inicial, otros quizá no lo deseen y busquen otros caminos en otras empresas.
El nuestro es un país institucionalmente discontínuo. Primero fueron los gobiernos de facto que interrumpían el desarrollo de políticas a mediano y largo plazo, pero después los diferentes gobiernos democráticos no lograron presentar hasta el momento un panorama diferente en ese aspecto: ha sido habitual que un gobierno borre de un plumazo iniciativas de gestiones anteriores ya sea por pura ideología o por simple narcisismo ("vean ustedes que nosotros no somos aquello"). Hay pocas instituciones que hayan resistido el paso de políticas erráticas, con las que siempre se piensa en el corto plazo. Con todos los altibajos y vaivenes económicos, planes como el mencionado mantienen su relevancia.
Hoy la Argentina no es el país rico al que se refería el profesor Ambrosini en 1967. Pero sin dudas, igual que en 1967 nuestro capital humano sea lo central. Quizá por eso, hoy resulta más relevante que nunca la tarea de fortalecer los puentes entre la educación Pública, sus instituciones y las empresas ¿El riesgo? El capital humano, como el otro, viaja y emigra.
Ese mundo de cintas de montaje, música funcional y Taylorismo industrial que algunos creen que aún existe se desvaneció hace tiempo. En donde permanece será automatizado de manera irreversible, para liberar al humano de la carga mecánica.
En todo hemos sido demasiado conservadores. "Conservador" es pretender que nada cambie y por tanto que ninguna innovación pueda sobrevenir. Es dificil que nos vaya mejor si seguimos haciendo exactamente lo mismo que hemos venido haciendo mal durante este último medio siglo.
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martes, 5 de febrero de 2013
Algunos TIPs para que los niños naveguen seguros
Que los niños naveguen seguros en Internet es la preocupación de la mayoría de los padres.
Ese es el tema del segmento de Tecnología en el programa "Dinero Por Nada".
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Ese es el tema del segmento de Tecnología en el programa "Dinero Por Nada".
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miércoles, 11 de mayo de 2011
En Portugal quieren prohibir las licencias Creative Commons
En Portugal un proyecto de ley busca prohibir las licencias Creative Commons. Los argumentos se aferran a una antigua proposición estética del filósofo alemán Immanuel Kant, según la cual toda obra de arte es inseparable de su autor. A siglos de distancia, la industria cultural del siglo XX y la redefinición cultural que planteó la circulación y almacenamiento electrónica de bienes culturales han replanteado por completo el panorama de la producción y circulación.
¿Se pueden seguir aplicando modelos más de dos siglos como si nada hubiera cambiado?
Informa el diario brasileño Estadão en su versión web (www.estadao.com.br) que en el parlamento portugués se está promoviendo una ley llamada "Ley de Copias Privadas", propuesta por el Ministerio de Cultura de Portugal, a través de la cual se prohibiría de hecho el uso de licencias como Creative Commons.
Los autores de la iniciativa argumentan que "el autor no puede renunciar al beneficio económico de su trabajo".
Eso volvería ilegales a licencias como las CC, que permiten al autor elegir cuál es la manera que él prefiere para que su obra circule, como también las formas que quiera elegir para la protección legal de su trabajo.
El proyecto de ley portugués parece emparentarse con otras iniciativas similares, como en España la Ley Sinde, o aquí en Argentina el proyecto de ley denominado "Regimen para Proveedores del Servicio de Internet", que promueve el diputado Federico Pinedo y que de momento ha despertado polémicas y desconfianzas.
Derechos de Autor y Copyright ¿Historia antigua?
La evolución de la noción de "autor" en la cultura occidental como también el marco de leyes que lo acompañaron es un tema apasionante.
En el ámbito cultural anglosajón se desarrolló la noción de copyright, que fue expandiéndose a lo largo del tiempo. Iniciándose exclusivamente para las cartas de navegación y la cartografía y luego alcanzando a todos los biene culturales. El Copyright además, es un concepto comercializable, derechos que se pueden ceder, transferir, vender. Además no son un derecho solamente individual, sino que una compañía comercial puede ser su detentor.
La figura de "Derechos de autor" surge la Francia de la Revolución. En 1791 la Asamblea Nacioanl promulgó la Ley de Derechos de Autor. En el antiguo regimen la Comedia Francesa tenía el privilegio del monopolio de la ejecución pública de obras dramáticas.
Con la sanción de la ley de derecho de autor la Asamblea Nacional francesa consideraba que por naturaleza, toda obra públicada es una propiedad pública, y por ese motivo el "derecho de autor" es una excepción a este principio, para compensar a su autor por su trabajo.
Sin dudas en el momento de su aparición, estas medidas fueron revolucionarias, en tanto barrían con antiguos derechos arbitrarios y monopólicos, que inhabilitaban las libertades de expresión.
Es un hecho sumamente dificil de negar que dos siglos después, en el siglo XXI, la producción, circulación y posibilidades de reproducción de los bienes culturales son radicalmente diferentes. Por lo tanto, toda nueva legislación debiera atender a las necesidades actuales como también analizar el amplio impacto de proyectos que tienen como razón de ser a las licencias tipo Copyleft, Creative Commons, GPL, etc.
____
Para una breve reseña histórica puede consultarse el artículo de wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Derechos_de_autor.
Sobre Creative Commons: http://es.wikipedia.org/wiki/Creative_Commons
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¿Se pueden seguir aplicando modelos más de dos siglos como si nada hubiera cambiado?
Informa el diario brasileño Estadão en su versión web (www.estadao.com.br) que en el parlamento portugués se está promoviendo una ley llamada "Ley de Copias Privadas", propuesta por el Ministerio de Cultura de Portugal, a través de la cual se prohibiría de hecho el uso de licencias como Creative Commons.
Los autores de la iniciativa argumentan que "el autor no puede renunciar al beneficio económico de su trabajo".
Eso volvería ilegales a licencias como las CC, que permiten al autor elegir cuál es la manera que él prefiere para que su obra circule, como también las formas que quiera elegir para la protección legal de su trabajo.
El proyecto de ley portugués parece emparentarse con otras iniciativas similares, como en España la Ley Sinde, o aquí en Argentina el proyecto de ley denominado "Regimen para Proveedores del Servicio de Internet", que promueve el diputado Federico Pinedo y que de momento ha despertado polémicas y desconfianzas.
Derechos de Autor y Copyright ¿Historia antigua?
La evolución de la noción de "autor" en la cultura occidental como también el marco de leyes que lo acompañaron es un tema apasionante.
En el ámbito cultural anglosajón se desarrolló la noción de copyright, que fue expandiéndose a lo largo del tiempo. Iniciándose exclusivamente para las cartas de navegación y la cartografía y luego alcanzando a todos los biene culturales. El Copyright además, es un concepto comercializable, derechos que se pueden ceder, transferir, vender. Además no son un derecho solamente individual, sino que una compañía comercial puede ser su detentor.
La figura de "Derechos de autor" surge la Francia de la Revolución. En 1791 la Asamblea Nacioanl promulgó la Ley de Derechos de Autor. En el antiguo regimen la Comedia Francesa tenía el privilegio del monopolio de la ejecución pública de obras dramáticas.
Con la sanción de la ley de derecho de autor la Asamblea Nacional francesa consideraba que por naturaleza, toda obra públicada es una propiedad pública, y por ese motivo el "derecho de autor" es una excepción a este principio, para compensar a su autor por su trabajo.
Sin dudas en el momento de su aparición, estas medidas fueron revolucionarias, en tanto barrían con antiguos derechos arbitrarios y monopólicos, que inhabilitaban las libertades de expresión.
Es un hecho sumamente dificil de negar que dos siglos después, en el siglo XXI, la producción, circulación y posibilidades de reproducción de los bienes culturales son radicalmente diferentes. Por lo tanto, toda nueva legislación debiera atender a las necesidades actuales como también analizar el amplio impacto de proyectos que tienen como razón de ser a las licencias tipo Copyleft, Creative Commons, GPL, etc.
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Para una breve reseña histórica puede consultarse el artículo de wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Derechos_de_autor.
Sobre Creative Commons: http://es.wikipedia.org/wiki/Creative_Commons
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domingo, 24 de abril de 2011
El disco de luto, muere Norio Ohga
Norio Ohga dirigió el gigante japonés Sony de 1982 a 1995, pero quedará en la historia por haberle dado la "forma" final al CD: 12 centímetros y 75 minutos de duración.
Cuando Ohga era todavía un estudiante de Música y Bellas Artes en la Universidad Nacional de Tokio, en 1953 fue contratado por Sony. Ohga pretendía seguir su carrera de cantante lírico. Pero los altos directivos de Sony vislumbraron que los conocimientos de Ohga sobre acústica e ingeniería de sonido serían valiosos para la empresa.
Ohga ha quedado en la historia de los medios de comunicación por el hecho de haber sido el responsable de la que sería la forma canónica del CD, el formato de audio digitalizado más masivo por casi 30 años.
Norio Ohga hizo a los cuadros tecnológicos de Sony una sugerencia con un argumento irrefutable: el nuevo formato (Disco Compacto) debía tener 75 minutos de duración, para poder registrar completa la Novena Sinfonía de Beethoven.
En la era del LP la Novena requería de dos discos. Y sin dudas, poder escuchar la sinfonía que la humanidad designo como su himno universal era un adelanto y una novedad fundamental.
Ohga falleció ayer sábado en Tokio, a los 81 años de edad.
El CD continúa siendo hasta hoy el soporte de lo que la cultura denominó como "álbum musical". A pesar de todos los formatos de descargas, resulta dificil construir el concepto de "album" a partir de una serie de archivos unitarios. Los que además no están acompañados de otras "materias" de expresión como el arte de tapa, reseñas críticas, lista escrita de temas, etc.
Posiblemente, y no es posible hacer ninguna "futurología" mientras no se encuentre otra alternativa al concepto de "album" es posible que el CD siga reinando.
Matías Gutiérrez Reto - Bs. As., 24 de abril de 2011.
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miércoles, 2 de marzo de 2011
(Re)enróllelo usted mismo: toda la innovación que hay allí afuera
Las barreras entre productores y consumidores se están redefiniendo. Crecimos acaso en un mundo en donde estaba bien diferenciado que había grandes corporaciones que se dedicaban a la investigación y a la producción de bienes de consumo para que una audiencia basta y masiva los consumiera. Ese modelo no ha desaparecido, pero diversos fenómenos tienden a indicarnos que los tiempos están cambiando. También hay mucha innovación fuera de los laboratorios. Producción silenciosa talvez, pero dato relevante para pensar todo lo hay de nueva producción en el proceso consumo.
Tendía a creerse que el consumo era un proceso más bien pasivo. El consumidor compraba y usaba determinados productos dándole a los mismos un uso canónico para el dichos objetos habrían sido producidos.
En el marco de ese modelo de producción de bienes para consumo masivo existen grandes empresas que son las encargadas de investigar, desarrollar y probar nuevos productos.
Nadie dice que esto forma parte del pasado. No, por el contrario, continúa vigente pero con algunas alteraciones que dan cuenta de que otros fenómenos se están produciendo. Un campo en el que es posible observar algunas de estas nuevas tendencias -y donde es más evidente la crisis del modelo Grandes (pocos) productores -> Millones de consumidores- es el de la industria discográfica, como se desarrolló y expandió hasta los años '90. Acaso la industria discográfica deba prestar muchísima atención a estos cambios abiertos y en curso, es decir la tendencia "operativa" y productiva de los consumidores.
(Re) enróllelo usted mismo: Toda la innovación que hay allí afuera
En la segunda mitad de los años '80 llegaron unas series televisivas que cautivaban. "Brigada A" ("The A Team") o "Mc Giver" eran algunas de ellas. Parte de ese poder de deslumbramiento debe seguir activo, en tanto, canales televisivos continúan emitiéndolas en ciclos "de revisión" o "retrospectivos" o incluso se produjeron filmes cinematográficos en base a la trama de la serie.
"Brigada A" tenía en cada episodio un momento que a mí me resultaba memorable. En un cierto momento del relato el equipo de Los Magníficos se veía en aprietos tácticos y operativos: el enemigo era en apariencia mucho más poderoso que ellos, en número y en pertrechos.
Entonces, tenían que parar la pelota y repensar la táctica, para ello echaban mano a los elementos que tenían al alcance para construir armas caseras o algún dispositivo que les permitiera revertir la situación de desventaja frente a los malvados y acabar venciéndolos. Mc Giver tenía una estructura similar.
Los Magníficos hacían "hacking" en una de sus posibles definiciones: "romper", desarmar una cosa que existe para crear alguna nueva, o que desempeñe una función alternativa, total o parcialmente "nueva".
Una tendencia en ese sentido es la que parece estar en marcha. El pasado 9 de febrero el New York Times publicó una nota dedicada al tema: "Innovation Far Removed From the Lab", firmadas por Patricia Cohen (http://www.nytimes.com/2011/02/10/arts/10innovative.html?_r=1&partner=rss&emc=rss).
En la nota se destaca el caso de Daniel Reetz, que a partir de desechos y un par de cámaras digitales construyó un dispositivo para escanear libros rápidamente y sin dañar las costuras, a un costo de construcción bajísimo comparado con las alternativas comerciales.
Reetz publicó su desarrollo al modo "científico", es decir, citando sus fuentes y abriendo el desarrollo a la comunidad a través del sitio http://www.diybookscanner.org.
El artículo destaca la antigua creencia de que los (grandes) productores eran los que innovaban y no los consumidores.
Reetz, de 29 años ahora trabaja para el Laboratorio de investigación de Disney.
Según el artículo del NY Times citado, un grupo de investigación dirigido por el profesor Eric A. von Hipel, del Sloan School of Management del MIT ha realizado un extenso estudio de campo sobre este asunto en Inglaterra. El estudio sugiere que las divisiones tradicionales entre el trabajo de innovación y el proceso de consumo se están redefiniendo.
El estudio del grupo de von Hipel se puede encontrar, en inglés, en http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=1683503.
Como también se señala en el artículo del mencionado diario neoyorquino, para el profesor de Administración de Negocios en el Harvard Business School, Carliss Y. Baldwin, lo que resulta sobresaliente de la investigación de von Hipel es la necesidad de repensar las leyes de patentes como también los incentivos gubernamentales para la investigación y la "apertura de códigos".
Algunas de las áreas donde desde siempre los consumidores fueron (re)creadores o realizaban mejoras en los productos fueron por ejemplo los pescadores deportivos, los ciclistas o los andinistas. Normalmente, existía un circuito de flujo inverso, en el que las mejoras y desarrollos de esos consumidores eran adoptados y perfeccionados por los fabricantes de equipos, por ejemplo de pesca o de ciclismo.
Pero sin dudas en una de las áreas donde estos fenómenos vienen observándose desde hace ya algunas décadas es en el dominio del software Libre, de Código Abierto o FOSS (Free Open Source Software). Una de las posibilidades de potenciar los desarrollos y las investigaciones a todos los niveles, fuera y dentro de los grandes centros de investigación, y facilitando el acceso a la investigación en países de la llamada "periferia" es la condición de Código Abierto.
La existencia de productos de código abierto, que no sean meras cajas negras, cuyos principios y detalles de funcionamiento sean accesibles es la condición básica que abre las puertas a que el producto pueda ser reutilizado, rediseñado, modificado o perfeccionado. Pero también abre una infinita posibilidad de que se produzcan muchos nuevos conocimientos.
La ola comenzó con el software, continuó con algun hardware, y de seguro alcanzará a muchos otros productos. Los cambios no son abruptos, pero vistos históricamente pequeñas aperturas terminan siendo grandes cosas. La tendencia está desarrollándose.
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viernes, 25 de febrero de 2011
Efecto Twitter y sobre las Libertades
Uno de los efectos Twitter es el de incinerar políticos. Las redes sociales han instalado en el campo de la política y la comunicación pseudo-masiva la creencia utópica de que es posible significar y comunicar haciendole una finta a los medios masivos y al periodismo. Uno de los efectos es el de la proliferación de políticos que se incineran a sí mismos. Twittere: 140 caracteres que incineran políticos.
Hace unos pocos días un funcionario del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires de cuyo nombre prefiero no recordar hizo unas declaraciones polémicas en Twitter que catalogó con el "hashtag" #PensamientosTransgresores. El funcionario hizo declaraciones en dicha red social y sus repercusiones tuvieron eco en la prensa escrita y sobre todo, en la "prensa" digital: por ejemplo http://blogs.lanacion.com.ar/sin-quorum/uncategorized/un-funcionario-de-macri-propuso-privatizar-la-escuela-publica/ o http://www.elargentino.com/nota-127809-Seis-legisladores-pidieron-la-renuncia-de-Carlos-Pirovano.html. http://www.lanacion.com.ar/1352836-polemicas-declaraciones-de--un-funcionario-de-la-ciudad.
Las declaraciones tuvieron como efecto que legisladores de diversos partidos solicitaran su renuncia inmediata.
Breve digresión: no sé sinceramente por qué en nuestro país el término "transgresor" adquirió mucha mayor relevancia que otros adyacentes como "polémico", "de avanzada", "incómodo", "contestatario". Quizá se puede sostener la hipótestis de que "transgresor" está vaciado de contenidos políticos de los otros términos.
Volviendo sobre este asunto. El funcionario en ejercicio hizo declaraciones a través de Twitter tales como “Le regalamos las escuelas públicas a los maestros q dejarían de ser empleados públicos y podrían ser empresarios". O que los maestros deberían cobrar en función de su eficacia, que se mediría en función de la cantidad de alumnos que tuvieran sus cursos.
Luego de las lamentables declaraciones el funcionario tuvo que salir a disculparse, no tanto por Twitter sino por la prensa tradicional.
Para los políticios Twitter tiene este efecto incinerante: en los 140 caracteres que aparentemente le dan la libertad de comunicar sin intermediarios a un público que sólo en apariencia es masivo son prisioneros de sus más bajos instintos. La barrera de censura de lo políticamente correcto se debilitan y aparecen discursos poco felices como los de Pirovano. Lo mismo les ha ocurró a otros políticos twittérmanos.
Acaso algunas de las razones por las que twitter tenga este efecto incinerante sobre el discurso personal de ciertos políticos descuidados tenga que ver con algunos malentendidos. El medio "twitter" es "masivo" solo en apariencia. Es pseudo-masivo. La libertad de comunicar sin la intermediación del periodismo es sólo una apariencia evanescente. Cuando realmente cobran estado público los discursos enunciados en Twitter es cuando la prensa masiva tradicional -léase radio, tv, los diarios- se hacen eco de lo que se escribió en Twitter. Y cuando eso ocurre es, en general, cuando lo enunciado es lamentable, pobre, malo, fallido o "transgresor" como lo entiende Pirovano.
Twitter está movilizando las peores sospechas que sostienen el discurso político. Por ejemplo, que los que no están de acuerdo con el que enuncia son "el enemigo". No, completamente falso. Enuciados como los de Pirovano requieren la reacción ciudadana y por suerte, creo que expresiones como "transgresoras" como esas no tendrán mucho eco entre el electorado de Buenos Aires, que creo, valora positivamente la educación pública como una herramienta indispensable para transitar hacia una sociedad más igualitaria y -léase también- más "segura" y con menor problemas de marginalidad social.
¿La empresa como medida de la eficacia?
Se puede disentir con los modos de hacer políticas de cierto sindicalismo argentino. Pero en todo caso
#PensamientosTransgresores como los de Pirovano no contribuyen a la construcción de consenso democrático. Los 140 caracteres de Twitter lo emparentan con el género aforístico y su tradición en la cultura. Así, los enunciados pretendidamente transgresores tienen el efecto de máxima irrefutable. Por eso el efecto es que el enuciador termina incinerándose a sí mismo.
"Máximas" como las de Pirovano está claro que tienen como condiciones de producción al corpus de textos que justificaron todos los ajustes neoliberales en todo el mundo. En ciertos lugares llegaron infelizmente a aplicarse a la educación pública y para hacerlo se requirieron inclusive desastres naturales. Se aplicó algo parecido en la Nueva Orleans posterior a Katrina. Y además de las destrucción de la ciudad se la agravó con la destrucción de la educación pública.
Parte de los equívocos generados por discursos como los de Pirovano provienen de la creencia, a veces firmemente establecida, de que la empresa privada debe ser la medida de la eficacia de todas las organizaciones.
Es innegable que la empresa privada tiene criterios de eficacia más cuantificables fácilmente pero ese hecho no las hace necesariamente más eficaces que otro tipo de organizaciones.
Países como Canadá, Finlandia o Francia con niveles de educación pública de excelencia deben sus resultados a una política de privilegio de la organización estatal. Y eso ha sido tratado aquí mismo en otras oportunidades: http://equiscentrico.blogspot.com/2010/08/modelo-educativo-fines-por-que-linus.html. Y puede sostenerse perfectamente, que países como los mencionados tienen mejores empresas porque tienen buena educación pública.
Se podría pensar muchas alternativas a los #PensamientosTransgresores.
Uno de esos alternativas viene dado una vez más por la Comunidad Internacional de Software Libre y sistemas de fuentes abiertas ¿Por qué? ¿O qué tiene que ver la informática, la programación, la producción de conocimiento con la educación? Simple. Linux, Wikipedia, los sistemas de fuentes abiertas en general han demostrado tener una eficacia increiblemente alta en la procura de la innovación y la calidad. E, inclusive, lo han logrado basándose en motivaciones no empresariales o, mejor dicho, considerando a la eficacia y a la calidad desde otra óptico. Los sistemas de código abierto han demostrado competir en posición de igualdad con sistemas cerrados producidos por empresas privadas inmensas.
¿Y cuáles han sido las razones por las que una organización mundialmente distribuida de colaboradores internacionales ha logrado estándares tan altos? Sin duda son muchas. Pero una fundamental es la que enuncia el filósofo norteaméricano Richard Sennett en "El artesano" (Anagrama, 2009). El éxito de empresas distribuidas como GNU/Linux o Wikipedia estaría dado por el impulso de la artesanía, que Sennett define en un sentido muy amplio como "el impulso humano por hacer las cosas bien". Cualquier oficio o profesión puede estar regido por el impulso artesanal: el cocinero, el músico, el maestro, el médico, el técnico de laboratorio, el programador informático, etc. Normalmente la principal retribución del artesano es psicológica, el placer del trabajo bien hecho. Y muchas veces la paga no siempre va paralela a la artesanía, pero sin embargo, el médico o el maestro que trabajan con tesón se esfuerzan por hacer bien su trabajo.
Es muy dudoso que haciendo de los maestros empresarios se contribuyese a mejorar la educación pública. De seguro se reproducirían algunas de las desigualdades del mercado. Pero, posiblemente sí se contribuyera al fomento de la educación si educadores y alumnos se vieran impulsados a desarrollar la artesanía, como Sennett la entiende, es decir, desarrollar el gusto por investigar las mejores formas de hacer bien un trabajo, un ejercicio, una tarea.
Matías Gutiérrez Reto
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martes, 25 de enero de 2011
Escucha(s): ¿Esto matará aquello?
La música no está en crisis. Está en crisis el negocio de la música grabada como lo conocimos hasta hace poco y que tuvo sus momentos dorados en las décadas del '70 y '80.
Todos podemos tener una posición tomada: ora a favor de esta nueva ola de bits y streams ora sentir nostalgia por los antiguos soportes físicos. No debe ser casual la resurrección de la edición de vinilos, para una élite, claro está.
Esta pretende ser una primera entrega de una serie de artículos sobre este tema.
La música no está en crisis. Como sucede en diversos ámbitos de la producción, resulta complicado determinar un quantum de producción/escucha de música como para compararlo con otras épocas.
En la actualidad debe haber tanta producción de música en vivo como en otras épocas. Pero viene señalándose desde hace casi una década el declive de la música distribuida en soportes "físicos".
En estos discursos se señala que la piratería está carcomiendo silenciosamente el negocio de discográficas y músicos. Otros señalan que las discográficas no entienden o aún no han sabido reacomodarse al nuevo status quo y no han entendido cabalmente el sentido de los cambios.
Sin dudas existen empresas ilegales que distribuyen -ya no tanto música pero sobretodo películas- a grandes volúmenes y que deben tener beneficios jugosos. Sin duda se debe penalizar ese tipo de comercio y circulación como tantas otras ilegales: por la simple razón de que deben tributarse impuestos (con los cuales el Estado sustenta los servicios básicos de gestión y asistencia social) y además, parte de esa ganancia debiera ir a los productores legítimos. Sobre eso no caben muchas dudas.
Fluidez versus atesoramiento
Pero la penalización de los negocios ilegales es sólo un aspecto del fenómeno. Porque dificilmente la normativa podría alterar por completo el curso de estos cambios, que son mucho más profundos. Sería muy difícil, arduo y posiblemente autoritario, penar por ejemplo a Google por exhibir entre sus resultados un enlace a un sitio de descargas ¿Se podría perseguir acaso a aquel que "grabe" un compilado de temas para regalar a una novia? Exactamente lo mismo ocurría en tiempos del cassette, sólo que la digitalización ha planteado el mismo fenómeno pero en una escala totalmente diferente porque ha llevado las posibilidade de reproductibilidad técnica a otros niveles de calidad, radicalmente diferentes a los de la era de la copia analógica. Posiblemente sea eso lo que la industria de la música grabada aún no haya comprendido por completo.
El antiguo regimen de la escucha de música grabada tenía asociado toda una serie de narrativas ordenadoras. Comprar un disco era en sí mismo un relato completo: conseguir el dinero, ir a la disquería, conversar con el vendedor, obtenerlo, volver a casa, arrancar nerviosamente el celofán en caso del CD, y ponerlo en el reproductor. Llegado ese momento el resultado podía ser alucinador o decepcionante, según cómo le sentara a nuestro juicio ese paquete de música grabada desplegado en el espacio tiempo de nuestra sala. Ese microrrelato condensado comprometía emocionalmente a sus actores ¿Será que realmente las discográficas no comrendieron qué es lo que tiene de específico el disco (CD, vinilo o el formato) o físico que apareciere? ¿Después de décadas de ser los dueños de la industria?
Más bien habría que preguntarse qué pasa en el lado de la demanda. Y cómo surgen y se moldean las preferencias de los consumidores, algo que es mucho más difícil por otra parte.
A mí desde hace tiempo me llama mucho la atención que en los equipos actuales de "Alta Fidelidad" -término que por otra parte parece ya olvidado- sean unos trastos luminosos, que parecen más dignos de una kermés que de una sala de estar.
Es evidente que el consumo de música grabada del antiguo régimen se des-democratizó, es decir, se ha vuelto consumo de sectores minoritarios. Mientras la corriente principal va a través de bits y streams, léase MP3 o similares.
Parte de los equívocos vienen dados porque a menudo se suele considerar a la música en formatos numéricos (llamémosla bits y streams), al igual que al software de computadoras como bienes "inmateriales". Pero no lo son tanto. Después de todo, un disco de vinilo, analógico, era ni más ni menos que una forma (analógica) de empaquetar el sonido. Si se quiere, una forma que no requería "código" en el sentido de que la impresión en el surco tenía una relación más o menos directa con las ondulaciones sonoras captadas por el micrófono. Rudimentariamente, en una hipotética isla desierta un hipotético Crusou podría haber escuchado un disco (de 78 o LP) con una tecnología rudimentaria, acaso haciéndolo girar a mano sobre un eje vertical y usando como pickup alguna punta de cactus adosada a una membrana sensible que desplazara aire. Si el ruido del mar le dejaba oir algo. Hipotético, ultra rudimentario, pero posible. Sobre esa misma creencia se basó el envío de discos en la zonda espacial Voyager. En parte hipotético, porque por más que fuera analógico, el disco tenía un alto grado de procesamiento y tecnología, tanto en la producción como en la reproducción. Si se quería que el disco sonara de manera decente.
La especificidad de los "nuevos" soportes no tiene tanto que ver con su pretendida "inmaterialidad" sino con la fluidez ofrecen para hacer circular la grabación y sobretodo para operar sobre el producto sonoro. No es que las computadoras, los reproductores de formatos como el mp3 o los celulares sean bienes inmateriales, sus memorias persistentes que "soportan" o almacenan el sonido en forma de información numérica tampoco lo son.
La operabilidad de los oyentes siempre ha sido un deseo. Desde las épocas más antiguas del antiguo regimen de escucha. Recuérdese los rumores de mensajes ocultos (esteganografiados) en las canciones de The Beatles. En la era del vinilo resultaba sumamente difícil para el oyente promedio conseguir hacer girar un disco en sentido contrario para verificarlo o quizá sumarse a la creencia de un segundo mensaje esteganografiado. Además significaba poner incluso en peligro el soporte, es decir, romper o dañar el disco.
Hoy la operabilidad en la escucha está al alcance de la mano. Música empaquetada como flujos de bits son fluidos en su operabilidad y en su distribución. Los rumores de que Lennon y Mc Carthney filtraran mensajes demoníacos en sus grabaciones perderían rápidamente sustento porque cualquier chico lo verificaría en minutos.
Quedan para otras entregas las otras narrativas ordenadoras del antiguo regimen, por ejemplo los discursos acompañantes al disco (arte, critica, publicidad) como el del coleccionismo.
La tarea pendiente es buscar qué ha sido de esos discursos en el "nuevo" regimen de la escucha, basada en el registro numérico.
¿Esto matará aquello? Posiblemente nadie pueda asegurarlo, pero las catedrales no desaparecieron con la aparición del libro masivo. Por el contrario, la nueva operabilidad sobre los textos que brindó el libro masivo no hizo más que acrescentar la producción de conocimiento. Por tanto, no habría que alarmarse tanto ante los nuevos regímenes de escucha de música.
Matías Gutiérrez Reto
Buenos Aires, enero 2011.
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viernes, 24 de diciembre de 2010
Estados Unidos prepara la normativa para la neutralidad en la Red
La Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) aprobó una normativa tendiente a garantizar la "neutralidad" en la red, es decir, es uso igualitario de un recurso que cada vez tiende a se más escazo: el ancho de banda.
La norma aprobada por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) tiende a asegurar que los proveedores de servicio de Internet no puedan aplicar lo que se conoce como "políticas de calidad de servicio", es decir, el priorización del tráfico de ciertos servicios o cliente en desmedro de otros. Por ejemplo, si políticas como tales se aplicaran los PSI (Proveedores del Servicio de Internet) podrían priorizar el tráfico de e-mails por sobre el de video por demanda. Además, podrían, por ejemplo priorizar el tráfico de ciertos clientes importantes por sobre pequeños clientes.
La norma de la FCC tiende a que estas prácticas se eviten.
En ciertas ocasiones prácticas como estas eran aplicadas por algunos PSIs para restar prioridad al tráfico de conexiones P2P.
La oposición republicana criticó la medida y se teme que con la nueva conformación del Congreso de los Estados Unidos los republicanos se opongan. Pero por ahora es un avance importante, especialmente tratándose del país en donde Internet se desarrolló.
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La norma aprobada por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) tiende a asegurar que los proveedores de servicio de Internet no puedan aplicar lo que se conoce como "políticas de calidad de servicio", es decir, el priorización del tráfico de ciertos servicios o cliente en desmedro de otros. Por ejemplo, si políticas como tales se aplicaran los PSI (Proveedores del Servicio de Internet) podrían priorizar el tráfico de e-mails por sobre el de video por demanda. Además, podrían, por ejemplo priorizar el tráfico de ciertos clientes importantes por sobre pequeños clientes.
La norma de la FCC tiende a que estas prácticas se eviten.
En ciertas ocasiones prácticas como estas eran aplicadas por algunos PSIs para restar prioridad al tráfico de conexiones P2P.
La oposición republicana criticó la medida y se teme que con la nueva conformación del Congreso de los Estados Unidos los republicanos se opongan. Pero por ahora es un avance importante, especialmente tratándose del país en donde Internet se desarrolló.
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miércoles, 1 de diciembre de 2010
¿Es WikiLeaks parte de la "cultura hacker"?
A veces todo nos es presentado como "nuevo" ¿Pero es realmente nuevo el fenómeno de wikileaks? Para que estas "filtraciones" tomaran estado público wikileaks y sus seguidores las dieron a conocer a un puñado de diarios de prestigio, como El País, Le Monde, The Guardian, NY Times.
¿Es tan novedoso este fenómeno? ¿Agregan algo de "información"?
Wiki, según parece, es un término proveniente de una lengua nativa de Hawai, que significa "rápido". El término lo acuñó un programador que creó una plataforma para edición rápida de sitios webs colaborativos. Es decir, un programa que permitiera colaborar en la edición de páginas webs. Su aplicación más notoria ha sido, desde luego, wikipedia.
"Leaks" proviene del inglés y significa "goteo, filtración". El término tiene alguna conexión con las técnicas de programación de computadoras en donde se denominan, por ejemplo "goteos de memoria" a ciertos problemas o "bugs" de programas que olvidan liberar la memoria o recursos que ya han utilizado y que no precisan.
A veces fenómenos como este son asociados a la "Cultura Hacker", que tendría como pretensión poner al alcance de todos información antes secreta.
Pero es posible pensar que las analogías llegan hasta allí y no mucho más lejos. "Wiki" remite al universo de la creación colectiva de conocimiento y "leaks" a la obtención de información clasificada, pasando por algún contacto con el mundo de la informática. Pero wikiLeaks no tiene nada de nuevo.
En este caso, lo que importa no es tanto el "contenido" de lo divulgado que revelaría las representaciones y prejuicios de funcionarios de la burocracia diplomática, sino que importaría mucho más que se revelaran cómo se han obtenido esas informaciones.
Porque sería interesante saber si todo no es más que una operación de cierto sector de la política estadounidense, por ejemplo, opositor al gobierno demócrata.
¿Agregan algo de "información"?
Definitivamente, poco y nada. A lo sumo, permite conocer los "retratos" trazados por oscuros y anónimos funcionarios diplomáticos sobre personalidades políticas (ej. Berlusconi, Sarkozy, Kirchner). Esos retratos, prejuiciosos y burdos, no hacen más que ilustrar ciertas presuposiciones. Son ilustraciones porque esos escritos constituyen a lo sumo documentos de lo que cualquier cuerpo diplomático hará normalmente pero a través del registro oral. Y normalmente, la oralidad deja menos rastros.
La diplomacia debe constituir un juego de miradas oblicuas, en donde cada parte intenta construir cómo es mirado por el otro. El problema es cuando esas "miradas" se dejan por escrito y cobran estado público.
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¿Es tan novedoso este fenómeno? ¿Agregan algo de "información"?
Wiki, según parece, es un término proveniente de una lengua nativa de Hawai, que significa "rápido". El término lo acuñó un programador que creó una plataforma para edición rápida de sitios webs colaborativos. Es decir, un programa que permitiera colaborar en la edición de páginas webs. Su aplicación más notoria ha sido, desde luego, wikipedia.
"Leaks" proviene del inglés y significa "goteo, filtración". El término tiene alguna conexión con las técnicas de programación de computadoras en donde se denominan, por ejemplo "goteos de memoria" a ciertos problemas o "bugs" de programas que olvidan liberar la memoria o recursos que ya han utilizado y que no precisan.
A veces fenómenos como este son asociados a la "Cultura Hacker", que tendría como pretensión poner al alcance de todos información antes secreta.
Pero es posible pensar que las analogías llegan hasta allí y no mucho más lejos. "Wiki" remite al universo de la creación colectiva de conocimiento y "leaks" a la obtención de información clasificada, pasando por algún contacto con el mundo de la informática. Pero wikiLeaks no tiene nada de nuevo.
En este caso, lo que importa no es tanto el "contenido" de lo divulgado que revelaría las representaciones y prejuicios de funcionarios de la burocracia diplomática, sino que importaría mucho más que se revelaran cómo se han obtenido esas informaciones.
Porque sería interesante saber si todo no es más que una operación de cierto sector de la política estadounidense, por ejemplo, opositor al gobierno demócrata.
¿Agregan algo de "información"?
Definitivamente, poco y nada. A lo sumo, permite conocer los "retratos" trazados por oscuros y anónimos funcionarios diplomáticos sobre personalidades políticas (ej. Berlusconi, Sarkozy, Kirchner). Esos retratos, prejuiciosos y burdos, no hacen más que ilustrar ciertas presuposiciones. Son ilustraciones porque esos escritos constituyen a lo sumo documentos de lo que cualquier cuerpo diplomático hará normalmente pero a través del registro oral. Y normalmente, la oralidad deja menos rastros.
La diplomacia debe constituir un juego de miradas oblicuas, en donde cada parte intenta construir cómo es mirado por el otro. El problema es cuando esas "miradas" se dejan por escrito y cobran estado público.
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lunes, 20 de septiembre de 2010
No es sólo la economía
¿Se ha vuelto Linux/GNU tan sencillo como para que lo usen a diario usuarios sin conocimientos técnicos? ¿El sistema operativo mundial y comunitario desafía a los sistemas proprietarios y cerrados? ¿Linux / GNU el sistema para su PC? La respuesta, mi amigo, está soplando en el viento
Si Linux /GNU es o no el sistema operativo para su hogar o empresa es una decisión que debe ser analizada. Aquí le podríamos enumerar un número de ventajas, acaso en otros lugares podrán enumerar un cierto número de desventajas.
Si hay un hecho prácticamente incuestionable es que si una empresa o un hogar tienen una estructura funcionando la migración debe ser resultado de una planificación racional y progresiva. Un cambio intempestivo de seguro llevará a resultados pobres e inesperados.
El viernes se pudo leer en el Suplemento de Tecnología de La Nación una guía: "Para que la PC no sea una caja de sorpresas", de Ariel Torres (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1305303). La guía expone una serie de consejos pensando especialmente en consumidores de tecnología mayores de 50 años.
La mayoría de estos consejos son muy acertados, en especialmente cuando Torres sugiere meditar y tomar con pinzas la palabra de los vendedores.
Pero donde se puede disentir con Torres es cuando se refiere a los sistemas operativos para PC: el autor sugiere "Si no quiere pagar windows, pida que le instalen Ubuntu". Lo discutible de este punto es que en realidad la opción por Linux/GNU u otro sistema de código abierto no es sólo una cuestión de economizar costos.
GNU/Linux no es sólo gratis: es Libre y de Código Abierto. Entonces esta categoría desborda el concepto de "gratuidad". Es cierto, su acceso es gratuito y pueden hacerse de él tantas instalaciones y copias como se deseen. Porque el documento legal sobre el que se basa es la licencia GPL (General Public License. Véase: http://es.wikipedia.org/wiki/GNU_General_Public_License ).
Modestamente, yo agregaría a la serie de buenos consejos de Torres: si lo que desea desea es tener un sistema operativo con legal, estable, seguro, libre de virus y actualizable sin costos extras, pida que le instalen Linux / GNU. Ubuntu es una variantes entre ellos. Esa es una serie de consejos pragmáticos.
Existen además consideraciones de tipo ético: porque no se trata solamente de optar por lo barato: se trata de optar por un producto comunitario, libre y de código abierto. Un producto que es una pieza de arte en contínuo perfeccionamiento por parte de la comunidad de desarrolladores y usuarios. Optar por un sistema abierto puede ser además una opción para pasar a ser parte de esta comunidad.
Como el desarrollo de las distribuciones Linux/GNU es descentralizado y distribuido, ese es el punto más fuerte de su red (social) de soporte.
Si le interesa optar por Linux/GNU siempre es bueno buscar consejos en foros, amigos, parientes o conocidos que ya lo usen. Podrán ayudarle a que el cambio sea más fluido.
Matías Gutiérrez Reto
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Si Linux /GNU es o no el sistema operativo para su hogar o empresa es una decisión que debe ser analizada. Aquí le podríamos enumerar un número de ventajas, acaso en otros lugares podrán enumerar un cierto número de desventajas.
Si hay un hecho prácticamente incuestionable es que si una empresa o un hogar tienen una estructura funcionando la migración debe ser resultado de una planificación racional y progresiva. Un cambio intempestivo de seguro llevará a resultados pobres e inesperados.
El viernes se pudo leer en el Suplemento de Tecnología de La Nación una guía: "Para que la PC no sea una caja de sorpresas", de Ariel Torres (http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1305303). La guía expone una serie de consejos pensando especialmente en consumidores de tecnología mayores de 50 años.
La mayoría de estos consejos son muy acertados, en especialmente cuando Torres sugiere meditar y tomar con pinzas la palabra de los vendedores.
Pero donde se puede disentir con Torres es cuando se refiere a los sistemas operativos para PC: el autor sugiere "Si no quiere pagar windows, pida que le instalen Ubuntu". Lo discutible de este punto es que en realidad la opción por Linux/GNU u otro sistema de código abierto no es sólo una cuestión de economizar costos.
GNU/Linux no es sólo gratis: es Libre y de Código Abierto. Entonces esta categoría desborda el concepto de "gratuidad". Es cierto, su acceso es gratuito y pueden hacerse de él tantas instalaciones y copias como se deseen. Porque el documento legal sobre el que se basa es la licencia GPL (General Public License. Véase: http://es.wikipedia.org/wiki/GNU_General_Public_License ).
Modestamente, yo agregaría a la serie de buenos consejos de Torres: si lo que desea desea es tener un sistema operativo con legal, estable, seguro, libre de virus y actualizable sin costos extras, pida que le instalen Linux / GNU. Ubuntu es una variantes entre ellos. Esa es una serie de consejos pragmáticos.
Existen además consideraciones de tipo ético: porque no se trata solamente de optar por lo barato: se trata de optar por un producto comunitario, libre y de código abierto. Un producto que es una pieza de arte en contínuo perfeccionamiento por parte de la comunidad de desarrolladores y usuarios. Optar por un sistema abierto puede ser además una opción para pasar a ser parte de esta comunidad.
Como el desarrollo de las distribuciones Linux/GNU es descentralizado y distribuido, ese es el punto más fuerte de su red (social) de soporte.
Si le interesa optar por Linux/GNU siempre es bueno buscar consejos en foros, amigos, parientes o conocidos que ya lo usen. Podrán ayudarle a que el cambio sea más fluido.
Matías Gutiérrez Reto
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